EDUCAR EN VALORES

OPINIÓN

31 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

La medida de una sociedad viene dada por los valores y los ideales que cultiva y para los que vive. Los valores siempre han constituido un tema importante de la reflexión humana. Pero es en la actualidad cuando la preocupación por el tema alcanza mayores niveles. El motivo tal vez sea el desconcierto actual por la falta de vigencia de valores anteriormente asentados de forma sólida, por la convivencia de valores contradictorios entre sí, porque se está produciendo un proceso de redefinición de valores que deja un horizonte poco claro para orientar las conductas. También puede deberse a que habíamos dejado de enseñar los valores cívicos más elementales a nuestros jóvenes. De una moral cerrada y con frecuencia rígida hemos pasado a una libertad en la que todo está permitido, en la que todo es ofrecido como carnaza; de un sentido a veces demasiado exterior de servicio a los demás, a la patria, a Dios, a una búsqueda loca del bienestar de uno mismo. El sentido de responsabilidad parece haberse deteriorado en muchos individuos: pasotismo e indisciplina social se han convertido en una característica de nuestro tiempo. La televisión, el cine, los videojuegos, la realidad virtual suponen en ocasiones una confusión real de los valores y de la misma realidad: todo es posible. La mayor parte de las personas no tienen ni tiempo ni ganas de profundizar en las cosas. El objetivo fundamental de la educación es proporcionar una formación plena que permita a los niños conformar su propia identidad y convivir en armonía con los demás. En la educación se transmiten los valores que hacen posible un desarrollo saludable de la personalidad así como la vida en sociedad, singularmente el respeto a todos los derechos y libertades fundamentales, se adquieren los hábitos de convivencia democrática y de respeto mutuo, se prepara para la participación responsable en las distintas actividades e instancias sociales. En esta tarea, familia y escuela caminan juntas. Los niños tienen mucho que aprender en casa; es más, hay toda una serie de valores que o los aprenden en casa o no los van a aprender. Los profesores deberían ser vistos como colaboradores en esa tarea.