TRIUNFO

La Voz

OPINIÓN

CARLOS REIGOSA DE SOL A SOL

07 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Felicidades para la persona o personas que tomaron la decisión de programar Operación Triunfo en TVE. Estábamos rodeados de telebasura por todas partes (con la decadente Crónicas Marcianas en cabeza) cuando a alguien se le ocurrió la bendita idea de que era posible hacer algo distinto y salir del agujero negro de tanta magnificación de lo cutre y de lo zafio sin por ello hundirse en el abandono de la audiencia. Enhorabuena. Operación Triunfo ha traído un aire fresco y estimulante y, con su mecanismo de superación interna -basado en la propia capacidad de superación de los concursantes-, está demostrando que se puede tener el favor del público sin despeñarse en la vana palabrería de los descerebrados de Gran Hermano ni en la iniquidad marciana. Lo siento, Sardá, pero tus Crónicas Marcianas empiezan a oler a cadáver. Y no te salvará el truco seguir bajando el listón, porque ya no hay más espacio debajo. Una parte del subconsciente colectivo ha empezado su rebelión contra esa suma de incontinencia verbal y de manifestación circense que tan ejemplarmente resume en sus alardes pornográficos el estridente y vacuo Boris Izaguirre. ¡Qué felicidad!