¡PROTEGED A SAVATER!

La Voz

OPINIÓN

XOSÉ ANTÓN VILA

30 sep 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Me emociona oír cómo Fernando enarbola su verbo contundente contra las pistolas de los intolerantes, de los fascistas, de los depuradores de razas, de aquellos que su cerebro sólo alientan odio atávico, alimentado por la dejadez de los que no supieron atajar a tiempo a los que desde los púlpitos de las ikastolas _siguiendo el más elemental manual de sectas_ fueron pudriendo granito a granito el cerebro de muchos jóvenes que hoy se entrenan quemando autobuses, bancos, viviendas; para mañana, cual juego infernal, pasar a asesinar por la espalda sin piedad ni remordimiento. Tu lucha, Fernando, es la de todos los que queremos dejar un país en libertad para nuestros hijos, en el que no tengan, como nosotros, que vivir épocas de oscurantismo y miedo, de censura, de represión, de persecución intelectual y de obsesiones que nos han perseguido toda la vida. Una de mis obsesiones de infancia estaba provocada por mi madre, que nos contaba cómo, en plena Guerra Civil, las descargas de los fusilamientos le despertaba al amanecer, y cómo, cual campanadas, contaban el número de víctimas. No comprendía cómo en una ciudad que desde el primer momento estuvo con Franco podía matarse a tanta gente. Le obsesionaba que algún envidioso pudiese acusar a mi padre o a algún familiar de ser rojo, tal como le ocurriera a La Sarita, mi primera maestra, a la que le pasearon su marido _¡con lo buena persona que era!_. También me viene a la memoria el relato de cómo Millán Astray, incapaz de acallar la voz de la razón, blandiendo su pistola, gritaba: «¡Muerte a los intelectuales!». Hoy, ETA tambien blande su pistola contra los intelectuales, y fusila a tantas buenas personas como el marido de La Sarita delatados por cobardes sin conciencia . No quiero que mis hijos, ni los hijos de mis hijos, tengan viejos fantasmas en su memoria, ni quiero que oigan campanadas de muerte al amanecer, ni que nadie blanda una pistola amenazante frente a los que no piensan como él. Quiero que vivan en paz, en tolerancia, que sus ideas no constituyan su sentencia de muerte, no quiero que tengan que mirar debajo del coche, ni que su familia sufra una espera angustiosa cada día. Un enemigo mayor Creo que a ETA y su entorno, a los malabaristas del cinismo, a todos los que han venido dando, por acción u omisión, cobertura a los asesinos, a los que detrás de cada cínica condena del terrorismo han puesto la coletilla de que hay que profundizar en diálogos imposibles _¿verdad, señores del BNG?_, les ha surgido un enemigo más mortal que mil cañones y al que son mucho más vulnerables; un enemigo que les crispa y que por primera vez les ha obligado a sacar la careta y a manifestarse tal cual son _¿verdad, señor Arzalluz?_. El principio de su fin ha comenzado. Estamos asistiendo a los últimos estertores que presagian su muerte, y hay que prepararse para sufrir alguna embestida más. Por eso, porque sabemos del peligro de las alimañas moribundas, me preocupa que pueda correr peligro gente como Fernando Savater. No podemos permitirnos el lujo de que un energúmeno pueda acallar su voz, porque nos llenaría a todos de amargura y desesperanza. Por eso también pido a quien competa que proteja a Fernando.