Los racinguistas se estrellaron contra el muro que planteó el Burgos, que sacó petróleo de una acción al contraataque en el tiempo de descuento
20 nov 2023 . Actualizado a las 23:00 h.Fútbol es fútbol, es una frase que acuñó Vujadin Boskov, jugador y técnico serbio fallecido en el 2014. Todo cabe en este deporte de masas, que a veces genera un gran espectáculo y en otros no tanto. El Racing se encontró a un Burgos inesperado, que jugó a no jugar, con diez futbolistas por detrás del balón en espera de robar una pelota y a buscar una contra o sacar partido a una jugada de estrategia, con la que los castellanos ya han conseguido 13 goles, cinco de ellos en saques de esquina.
El Burgos no había sumado ni un solo puntos lejos de casa, el primero ha sido en A Malata, en base a esta forma de jugar, que para muchos es el antifútbol. Sin embargo, a ellos les fue bien, han sumado un punto, que les ayuda a mejorar su clasificación. La forma de conseguirlo ya no importa, mañana se habrán olvidado, pero el punto seguirá en su casillero.
El Racing, ante un rival tan encerrado, lo hizo casi todo bien, tan solo le faltó pegada. No era fácil encontrar huecos en una defensa de cinco tan cerrada y con cuatro jugadores por delante, aunque los ferrolanos lo consiguieron, pero cuando llegaron a los últimos metros les falló la finalización. El tanto de Álvaro Giménez llegó tras un falló clamoroso del portero, el delantero ilicitano estaba en el sitio y no perdonó.
Sin embargo, durante el partido se desaprovecharon ocasiones con las que los ferrolanos hubiesen podido resolver el encuentro. El 1-0 siempre es un marcador peligroso, con el que se vive en el filo de la navaja. Cristóbal acababa de situar a Jon García como tercer central, como un líbero de hace muchos años, aunque no funcionó. Curro tocó muy rápido el balón y sirvió un buen balón a Fer Niño, que batió a Cantero con un tiro pegado al palo. Fue una jugada rápida, a Jon, que rompía el fuera de juego, no le dio tiempo ni a moverse y David, que venía con Fer Niño desde atrás, no pudo evitar que dispara a portería. Un error grave de la defensa del Racing y al mismo tiempo un acierto grande de los delanteros del Burgos. Lo más doloroso fue que llegara en los siete minutos que el árbitro añadió al partido, cuando en la primera parte, apenas descontó, pese a que el Burgos siempre jugó a parar el partido, a que se jugara lo mínimo posible. Sin embargo, sería injusto echarle la culpa de las tablas al colegiado del encuentro.
Grandes sensaciones
Es un empate que abre el debate entre si sumamos un punto o dejamos escapar dos. Lo mejor es que el Racing volvió a dejar grandes sensaciones, sobre todo en la primera parte. La circulación de balón fue buena. Bernal, Señé e Iker Losada dieron una lección de buen juego, con la que abrieron la poblada defensa del Burgos. Iker Losada es el más espectacular de los tres. Es un jugador que tiene magia y del que se puede esperar una genialidad en cualquier momento. Tocaron el balón una y otra vez hasta que encontraron los huecos, al menos mientras les aguantaron las piernas, ya que en la segunda parte su rendimiento bajó.
Con el máximo respeto a Vadillo, que poco a poco recupera sensaciones, lo cierto es que la sombra de Héber es alargada, se echaron de menos sus centros y sus entradas al segundo palo.
Al final, lo que queda de este partido es un punto que acerca al Racing un poco más a su primer objetivo, la permanencia en la Segunda División.