Las cartas de Cunqueiro a Casal revelan la profunda soledad del escritor

Ramón Loureiro Calvo
ramón loureiro FERROL / LA VOZ

CULTURA

El Ramón Piñeiro publica el epistolario entre el autor y el notario vigués

07 oct 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

En edición al cuidado de Luis Cochón, el Centro Ramón Piñeiro acaba de publicar Saiban cantos estas cartas viren... Álvaro Cunqueiro e Alberto Casal (1955-1961). Un libro, prologado por el también escritor César Cunqueiro, hijo del poeta, narrador, dramaturgo y periodista mindoniense, que reúne el epistolario entre uno de los más grandes creadores del siglo XX y quien fue, sin duda, uno de sus más leales amigos: el notario vigués a quien Cunqueiro dedicó Merlín e familia. Una obra cuya esperada aparición viene a suponer, en más de un sentido, un verdadero acontecimiento.

Básicamente por dos razones. La primera, la que se deriva de la publicación de todo texto cunqueiriano, con lo que ello conlleva de enriquecimiento del patrimonio literario de todo un país. Y la segunda, la que emana de la difusión de unos documentos que permiten entender, por fin, algunos aspectos hasta ahora no muy conocidos de la rica y extraordinariamente compleja personalidad de Álvaro Cunqueiro. Un autor que probablemente pocas veces dejó traslucir sus sentimientos más íntimos con la emoción desbordada y la claridad que irradian sus cartas a Alberto Casal.

«Un home tráxico»

Hoy, gracias a este epistolario, ya puede afirmarse, sin duda alguna, que el escritor mindoniense («Un home tráxico», en palabras de Carlos Casares) vivió y escribió sintiéndose, en la profundidad de su alma y más allá del apoyo constante que recibió, entre otros, del propio Casal, enormemente solo. Terriblemente solo, aun cabría decir. El epistolario recoge cumplidos ejemplos de ello. «Querido Alberto: Sin carta tuya sigo; parece que he sido condenado a pasar el otoño en una torre de silencio, y que los mejores amigos han decidido que viviré, sin impacientarme, sin carta suya. ¡Dios sea loado, aun en soledad», escribe Cunqueiro a Casal en octubre de 1956.