Cómo modernizar la construcción

Valentina Saini VENECIA

MERCADOS

Valentina Saini

El sector ha servido de sostén para mantener el crecimiento económico durante la pandemia, pero también ha hecho propuestas nuevas con la madera como protagonista

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En Italia, el sector de la construcción genera el 4,5 % del PIB y más del 6 % de la ocupación (datos del 2020). Sin embargo, si se considera el mercado inmobiliario en su conjunto, el ladrillo representa más de una quinta parte de la riqueza del país, según informó el pasado noviembre un instituto de investigación del país transalpino especializado en el sector.

Entre el 2021 y el 2022, años difíciles para la economía italiana debido a las secuelas de la pandemia del covid y al aumento de los precios de las materias primas y la energía, la construcción supuso una contribución fundamental para mantener en pie el PIB y el empleo. Esto fue posible, sobre todo, por la medida lanzada en mayo del 2020 por el Gobierno —entonces dirigido por Giuseppe Conte— para incentivar los proyectos de mejora de eficiencia energética o de reducción del riesgo sísmico de los edificios. Italia tiene un patrimonio inmobiliario considerable, pero antiguo y obsoleto en muchos casos, lo que genera costes energéticos y de mantenimiento muy elevados.

La medida, conocida como «Superbonus 110 %», preveía una deducción fiscal del 110 % de los gastos por este tipo de obras, y contribuyó a reactivar la economía italiana en plena crisis del covid (aunque se detectaron varios intentos de fraude). Según datos oficiales del pasado septiembre, hubo más de 300.000 obras de mejora de eficiencia energética apoyadas por el «Superbonus 110» el año pasado, por un valor total de 51.000 millones de euros (el 76 % de los cuales corresponden a obras ya terminadas).

De ahí que no sorprende que se multipliquen tanto las iniciativas como las empresas destinadas a modernizar el sector de la construcción. Entre los principales objetivos están la sostenibilidad y la reducción del impacto ambiental y la contaminación, buscando nuevos materiales, pero también devolviendo protagonismo a materiales tradicionales como la madera, algo que tiene mucho sentido en Italia. Por un lado, el país transalpino cuenta con muchos bosques; por otro, tiene muchas zonas con riesgo sísmico medio o alto, y uno de los grandes méritos de la madera es precisamente que es antisísmica, como explica a La Voz Lavinia Sartori, quien junto a otro ingeniero fundó Ri-Legno en Trento (norte de Italia) en el 2014. La empresa mejora y rehabilita estructuras de madera que se han deteriorado con el paso del tiempo, pero también construye edificios y estructuras (especialmente puentes) de madera desde cero. Además de los dos propietarios, cuenta con nueve empleados y factura entre 3 y 5 millones de euros. «Decidimos especializarnos en ingeniería de la madera para actuar de forma sostenible con el medio ambiente», explica Sartori a La Voz. «La madera es fácil de obtener y no requiere transformaciones químicas. Además, es dúctil, ligera, adecuada para estructuras antisísmicas y fácil de combinar con otros materiales de construcción».

La madera también está en el ADN de la start up BioBuildingBlock, fundada en el 2020 en Fisciano, una pequeña ciudad de la región de Campania (sur de Italia), que ya cuenta con cuatro patentes internacionales. «La industria clásica de la construcción en hormigón implica un elevado consumo de materias primas y recursos naturales, y según el World Green Building Council genera en torno al 39 % de las emisiones mundiales de CO2», explica a La Voz Marco Citro, fundador y director general. «Hemos desarrollado una tecnología de construcción innovadora: un ladrillo de madera y barras de acero para construir edificios con paredes de madera reforzada de forma rápida y económica». El camino para los edificios del futuro parece ser el de la reducción tanto de los costes como del impacto ambiental.