La reforma laboral introduce cambios muy importantes para la negociación colectiva que, a juicio de la patronal gallega, requerirá de una planificación por parte de las empresas para adaptase a las nuevas modificaciones de los convenios. Esos cambios, se asegura desde la CEG, no solo afectan a la ultraactividad o a la prioridad aplicativa entre convenios, sino a la nueva normativa en materia de contratos.
Lo que sí tiene claro la patronal es que la reforma obligará a profundizar en una mejor coordinación entre las empresas y los negociadores de los convenios sectoriales al tratarse de un territorio de pymes y micropymes. De acuerdo con el último informe sobre la situación sociolaboral de Galicia del Consello Galego de Relacións Laborais, en la estructura global de la negociación colectiva se aprecia que 126 convenios de sector cubren un ámbito de 403.310 trabajadores y trabajadoras, mientras que los convenios de empresa se aplican a 90.379 personas.
Si en la anterior crisis económica, los empresarios llamaron a la moderación salarial, ahora lo vuelven a hacer ante la incertidumbre generada por la crisis sanitaria, de suministros y energética. Reclaman a la parte social «que afronte la situación con la responsabilidad necesaria para evitar situaciones que perjudiquen la ya incierta coyuntura en la que se mueven las empresas. Nuestra prioridad debe ser el mantenimiento de nuestro tejido productivo y del empleo, así como la mejora de la productividad, especialmente a través de una mejora del capital humano por medio de la educación y la formación profesional, el aumento del capital físico y tecnológico, mediante la inversión empresarial, y una mayor eficiencia y adaptación en la asignación de recursos», explican desde la CEG.
Sobre la recuperación de la ultraactividad, el principal órgano de representación empresarial gallego, sostiene que «un número importante de nuestros convenios colectivos ya aplican dicha regla en virtud del denominado pacto en contrario». Y pone cifras. «En los convenios de sector, el porcentaje de ellos con pacto de ultraactividad es de 88,89 % y en los de empresa del 71,11 %», asegura.
Sobre cómo la elevada inflación puede empañar las negociaciones de los nuevos convenios, la CEG apela a la «la prudencia que en este ámbito debe haber para no afectar a la viabilidad de nuestras empresas y no verse perjudicadas respecto a sus competidores».