Olvídate de Groucho Marx

Venancio Salcines
Venancio Salcines DIRECTOR GENERAL DE CESUGA

MERCADOS

15 sep 2019 . Actualizado a las 05:05 h.

El 2019 debe ser recordado como el año en que nos complicamos la vida. Hoy por hoy, todas nuestras amenazas son artificiales. Hijas de la estrategia política. Vivimos centrados en las páginas de internacional. Que una guerra comercial aquí, que un bloqueo económico allá, que si una ruptura de un espacio económico, por otro lado. Todo valía para tensionar el espacio político y agarrar unos diferenciales. Todos hijos de la máxima de Groucho Marx «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados».

Hasta el uno de agosto éramos simples espectadores del juego internacional. Pero como todo lo bueno se importa, este verano, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se apuntó al arte de buscar problemas, hacer un diagnóstico falso y, cómo no, aplicar el peor de los remedios: la inacción.

Al término de julio, Montero debía haber informado a las autonomías de su techo de gasto, que es tanto como decir que debería haberles indicado qué ingresos deberían incorporar a sus presupuestos autonómicos. No lo hizo en su momento, ni lo hará. Grita al cielo que está en funciones y que en esta situación le es imposible dar ese dato. Hasta aquí nada que discutir. Alguno dirá: ‘Bueno, si lo dice la ministra... será cierto’. Pero seguro que el que así piensa ignora que esta situación no es una novedad y no lo es ni para la economía española ni para ella. Solo hay que recurrir a las hemerotecas para recordar sus palabras cuando, siendo consejera de Hacienda de Andalucía, atacaba a Cristóbal Montoro por intentar hacer lo mismo. En aquellos momentos veía soluciones. Ahora no las ve. En todo caso, sí conoce la solución que finalmente dio Mariano Rajoy a través de su secretario de Estado para las Administraciones Públicas. Que no fue otra que publicar un techo de gasto, igual al del año pasado, cierto, pero lo dio y con ello no paralizó el funcionamiento financiero de las autonomías españolas.

Y esta parálisis es relevante, máxime en Galicia. Hay que evitarla. No podemos permitir que las gracias de Groucho paralicen nuestra actividad económica. Llevamos, en cuanto a la recuperación económica, entre dos y tres años de retraso. Todas las variables macro de Galicia están en perfecto estado. No toca estropearlo. Un presupuesto prorrogado paraliza la inversión autonómica y, por tanto, le elimina a la Xunta su capacidad tractora. ¿Nos conviene? ¿Hay solución? ¿Por qué callar?

Si somos capaces de levantar el mentón, y hablarle claro al Gobierno de Madrid, debemos recordarle algo más, la deuda financiera de 700 millones que tiene con Galicia, y que asciende a 7.000 millones si la extrapolamos al conjunto del Estado. La excusa es la misma. Gobierno en funciones. Lo que no indica la ministra es que existe capacidad, ante casos de extrema urgencia, de presentar una propuesta legislativa en el Congreso. Propuesta que todos los grupos, al estar afectados, apoyarían por unanimidad. ¿Consecuencias? Crisis de liquidez autonómica y, cuando esto pasa, los principales afectados suelen ser los proveedores de la Administración y, entre ellos, imagíneselo, los más afectados, los más débiles. Un claro ejemplo de problema artificial, diagnosticado de modo falso y que acabarán pagando los empresarios y los profesionales que operan con la Administración. Más equivocada no podrá ser la solución.

Con un marco económico complejo no se puede jugar a la generación de problemas. Está claro que no podemos pedirle a nadie que acierte, pero lo que sí podemos exigirle es que deje de tener a Groucho Marx como autor de cabecera.