Destopar no es buena idea
MERCADOS
Esta horrible palabra se usa para referirse a la eliminación de los límites superiores (topes) que actualmente limitan las bases de cotización a la Seguridad Social. La base máxima se sitúa en 3.803,7 euros al mes (efectos a partir del próximo 1 de agosto) y sobre ella (y sobre cualquier base por debajo de esta hasta un límite inferior) se gira un tipo de cotización «por contingencias comunes» del 28,3 % que se reparte entre el trabajador (4,7 %) y el empleador (el 23,6 % restante). La expresión «contingencias comunes» se refiere básicamente a la jubilación, incapacidad permanente y supervivencia (viudedad y orfandad), pero hay otras cotizaciones adicionales que elevan en casi otros diez puntos porcentuales las cargas sobre el salario.
Destopar la base de cotización sin destopar la pensión es, sencillamente, confiscatorio, ya que la proporción entre la pensión máxima (limitada) y la base de cotización (sin límite) disminuye a medida que aumenta el salario por encima del tope previo. Siendo mala, sin embargo, esta no es la peor consecuencia del destope. Con un 28,3 % sobre todo el salario, la contratación de talento se hace bastante más cara. Las empresas intensivas en este tipo de trabajadores tendrán un sobrecoste considerable. Se contratará menos talento. Pero, puesto que el talento viene acompañado en la empresa de la tecnología y la innovación, las empresas también invertirán menos en estos otros dos componentes decisivos de su competitividad y desempeño en el mercado. No saldremos de la sima innovadora y de capital humano en la que nos encontramos. Solo allegaremos algunos miles de millones de euros que, además, tampoco resolverán el problema de la sostenibilidad de las pensiones. Porque, mientras hacemos este tipo de reformas, dejamos de hacer las que de verdad interesan para preservar las pensiones por la simple vía de hacerlas verdaderamente sostenibles.