El primer país con moneda digital

Héctor Estepa BOGOTÁ / LA VOZ

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El Estado sudamericano lanza una criptodivisa propia para desmarcarse del bitcoin por el temor a que se pueda estar generando una burbuja dada su elevada cotización

03 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Primero fueron pequeñas monedas de oro, plata y cobre. Después, billetes de papel. Luego, tarjetas de plástico. Uruguay está decidido a volver a hacer evolucionar el dinero. El Banco Central del país sudamericano (BCU) se ha querido poner a la vanguardia del mundo con la primera emisión oficial de billetes digitales del planeta que hace un organismo gubernamental. Desde la pasada semana, los uruguayos podrán tener dinero electrónico sin depender de ninguna empresa financiera. «No se trata de una nueva moneda, sino que es el mismo peso uruguayo que en vez de tener un soporte físico, tiene un soporte tecnológico», dijo el presidente del BCU, Mario Bergara, cuando presentó el proyecto, intentando desvincular a la divisa electrónica del bitcoin, la famosa criptomoneda, que podría estar generando una burbuja debido al rápido crecimiento de su valor en los últimos días.

La divisa digital se ha revalorizado esta semana un 25 %, hasta alcanzar los 10.000 dólares, aunque en la noche del miércoles al jueves se desplomó un 20 % debido a su alta volatilidad. Los funcionarios uruguayos no quieren correr ese tipo de riesgos. Por eso el BCU ha decidido que la primera emisión de pesos digitales se hará a modo de prueba, durante seis meses.

El programa piloto, apoyado por IBM, abarcará 20 millones de pesos uruguayos (unos 583.000 euros) y podrán participar en él hasta 10.000 usuarios de teléfonos móviles de la empresa estatal de telecomunicaciones. Los seleccionados podrán bajar una aplicación, RedPagos, y comenzar a usar billetes digitales, tras cambiarlos en un local seleccionado o recibirlos de otro usuario. Podrán tener un máximo de 30.000 pesos, unos 875 euros, en su cartera digital. Al finalizar los seis meses de prueba, volverán a cambiarán los billetes electrónicos por otros físicos. «No se busca la sustitución drástica del billete físico por el digital, por lo que si luego de la prueba se decide avanzar con billetes digitales, habrá un período de transición para que los ciudadanos adquieran el hábito», explican desde el BCU.

La principal ventaja, dicen los precursores del proyecto, es que las nuevas billeteras digitales permiten utilizar dinero emitido directamente por el BCU, sin ningún intermediario de por medio, como podría ser un banco o plataformas digitales como Paypal. No es un sinónimo de bancarización, aseguran, sino todo lo contrario.

Destacan, además, la mayor seguridad con respecto al dinero físico, tanto para el Estado como para el usuario. Con el dinero digital, aunque no se combate el pirateo, es posible detectar los billetes falsos antes de que entren en circulación.

Tanto IBM como The Roberto Giory Company, InSwitch, Antel y RedPagos, empresas también involucradas en el proceso, dicen haber creado un sistema informático de máxima seguridad para evitar el hackeo, o interceptarlo rápidamente. Para el Estado es mucho más costosa la identificación y retirada de billetes falsos, que, por lo general, entran en circulación semanas antes de su detección.

También es más caro el transporte de los billetes físicos, generalmente en furgones blindados rodeados de alta seguridad. El usuario, aseguran, se ve también beneficiado. Si a uno le roban la cartera, se ha quedado inmediatamente sin su dinero. Si le roban el móvil, el delincuente tiene todavía que introducir varias claves antes de poder acceder a la billetera electrónica. Es, asimismo, más fácil de transferir entre usuarios. Bastan unos pocos segundos, y se le puede pagar a un amigo la parte del almuerzo, sin necesidad de mirar el cambio.

El BCU informará en abril de los resultados de su experimento. El inédito proyecto podría ampliarse si la prueba tiene éxito.