Diseños para una segunda vida

Laura Fernández Palomo

MERCADOS

En un país con poca cultura de reciclaje, un joven ingeniero ha hecho de la reutilización de los materiales su forma de vida, con una empresa que realiza desde el diseño de pequeños objetos cotidianos hasta actuaciones integrales en viviendas particulares

31 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Su primera creación fue una lámpara con cucharas de Habiba. No es una marca de cubiertos. Habiba es la pastelería más popular de Jordania, donde locales y turistas se rinden al knafeh, el tradicional postre de Oriente Medio que en Amán degustan «para llevar» con plato y cuchara de plástico. A Alaa Ziadeh se le ocurrió reutilizar los cientos de utensilios que quedan cada día esparcidos como basura en las callejuelas para darles una segunda vida. Añadió un sistema eléctrico, una bombilla y se hizo la luz. Eso fue hace tres años, cuando su vida trascurría trabajando en empleos que nada tenían que ver con su titulación de ingeniero. Así que pasaba el tiempo creando y rumiando la idea de emprender su propio negocio. Alfombras con camisetas, bombillas como macetas, lámparas sobre cadenas de bicicletas y ceniceros con latas fueron engrosando, sin pretenderlo, un inventario de diseños reciclados que compraban por entre 6 euros y 18 euros amigos y conocidos.

Cuando desarrolló mayor destreza y pasó de invertir tres días a apenas unas horas en terminar una creación se arriesgó a diseñar mobiliario: somieres con palés, ruedas de coche convertidas en mesas, estanterías colgantes con cinturones? «Entonces me decidí a alquilar el taller en el que ahora trabajamos», explica Alaa, de 26 años. Los proyectos proliferaron. Hizo falta invertir en maquinaria, que también obtuvo de segunda mano, cuando centros culturales y particulares pedían intervenciones completas en grandes espacios. Hasta que hace un año y medio creó la firma Ziadat for Recycling, que fue necesitando más trabajadores. Todavía una pyme con intención de crecer en un mercado incipiente. «En Jordania no hay conciencia de reciclado. Consideran que es basura y muestran reparos por comprar este tipo de productos», reconoce. «Creo que tengo que trabajar también en la idea de la concienciación, pero eso no lo puedo hacer solo, necesito apoyo y financiación», sugiere.

Solo el 7 % de los residuos generados en el país, más de dos millones de toneladas anuales, son reutilizados. El Gobierno jordano lanzó por primera vez en el 2015 una Estrategia Nacional para la Gestión Municipal de Residuos Sólidos. El concepto de reciclaje hasta ahora se había mantenido discretamente entre iniciativas informales y empresas sociales, como BE Environmental Services, que desde el 2012 recolecta materiales en colegios, oficinas y embajadas. Pero Jordania, un país de escasos recursos naturales, ha comenzado a repensar la reutilización y el reciclaje como una apuesta seria de futuro, a la que sabe que llega tarde.

Pese a las resistencias, la botella de champán que descorcharon los clientes de Alaa en su última entrega es el eje de la motivación. «Tenemos un trato muy directo, sobre todo en la línea de soluciones, una vertiente de trabajo en la que visitamos al cliente, conocemos el espacio, sus gustos, diseñamos y fabricamos a medida y montamos en domicilio», explica sobre las dos líneas de acción de su trabajo: Second Life y Line for Solutions.

El próximo proyecto es crear un espacio habitable para un joven en silla de ruedas. «Está todavía muy impactado por las consecuencias del accidente que le ha inmovilizado y es reacio a mantener contacto con la gente, pero me senté a hablar con él, le conté que tuve una experiencia parecida que me dejó lisiado durante un año y accedió a contarme», detalla sobre su última visita. Este acercamiento le permite a Alaa entender la esencia del proyecto. El diseño comienza a gestarse a partir de los materiales disponibles para reciclar en cada momento, lo que hace que cada creación sea única.