El enterrador es cosa del pasado

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

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El Concello de Vilalba sacará a concurso la gestión del cementerio municipal

26 may 2018 . Actualizado a las 11:01 h.

El Concello de Vilalba carece de enterrador en su plantilla de personal desde hace años. La jubilación de quien se ocupaba de esas funciones supuso el final de la plaza, ya que no se volvió a cubrir. Hubo algún tiempo en que personal municipal hizo trabajos en el cementerio, pero desde hace algunos años se ocupa de esas labores una de las funerarias de la localidad.

Abrir y cerrar la necrópolis -que puede visitarse todos los días, aunque con horarios diferentes de laborables a festivos y según los meses del año- y efectuar trabajos de limpieza son los cometidos de los que se encarga ese personal, aunque también el Concello asume tareas de cuidado. Si hay un entierro, la empresa con la que la familia ha contratado los servicios se ocupa de todas las operaciones necesarias dentro del recinto.

El alcalde, Agustín Baamonde, anunció ayer que no se volvería a cubrir la plaza de enterrador. El Concello está trabajando en la elaboración de un pliego de cláusulas para preparar el correspondiente concurso. Completar el proceso, dijo el alcalde, equivaldrá a «darlle forma a un sistema que funciona de feito e que precisa cobertura legal».

Si no surgen contratiempos, los trámites estarán listos antes de fin de año, ya que el gobierno local pretende desatascar la situación. Por otro lado, la funeraria ahora encargada del mantenimiento, que tiene un tanatorio cercano a la rotonda de acceso al polígono, también considera que el sistema debe quedar regulado.

Los planes que maneja el Concello apuntan a sacar a concurso la plaza por un período de dos años, con posibilidad de prórroga. Mientras tanto, entre los que acuden al cementerio con frecuencia se recuerda que el sistema de antes tenía un detalle ahora perdido: al acercarse las celebraciones de Difuntos, se hablaba con el enterrador y a las sepulturas se les daba una limpieza para que estuviesen en condiciones en esas fechas. El último enterrador desempeñó su función durante varias décadas, tras haberla iniciado cuando la necrópolis estaba todavía en el tramo superior de la rúa do Calvario y no se había construido el actual recinto.

Por otro lado, el Concello sigue interesado en hacerse con terreno colindante para ampliar el cementerio, cuya capacidad para acoger más sepulturas está ya en el límite.

La plaza de encargado de la necrópolis está vacante desde hace varios años