¿Hay que ampliar este cementerio?

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

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Comprar terreno colindante es la única manera de conseguir que aumente el número de sepulturas en la necrópolis municipal de Vilalba

13 mar 2018 . Actualizado a las 11:36 h.

Al cementerio municipal de Vilalba se le ha acabado el espacio para construir más nichos. Con casi 40 años de actividad, en la necrópolis no hay sitio para ampliaciones, teniendo en cuenta además que el Concello siempre optó por dejar una amplia calle central y otras, en los laterales, igualmente espaciosas.

Así las cosas, solo queda la opción de pensar en una ampliación de las instalaciones si se pretende contar con más sepulturas. La alternativa consistiría en comprar terreno colindante, situado al sur del actual recinto, que se conectaría con el terreno donde ahora hay nichos por la zona donde está ubicada la capilla.

Vilalba no cuenta todavía con un Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), aunque la adquisición no tendría un escollo en ese apartado. Los terrenos adquiridos podrían pasar a suelo dotacional con una modificación de las actuales normas urbanísticas y pasar a estar considerados suelo dotacional.

Personas interesadas en la compra de sepulturas sí hay. Los nichos construidos por el Concello tienen varias sepulturas, que por lo general se vendían en un solo lote. No obstante, esa tendencia fue cambiando: por un lado, el Concello llegó a vender sepulturas sin formar parte de un nicho completo; por otro, está permitido que el dueño de un nicho venda alguna de las sepulturas de su columna.

La última ampliación se realizó en la primera mitad de la pasada década. Entonces se construyeron 120 sepulturas; ya Agustín Baamonde, en su primera etapa como alcalde, admitía en aquel momento que era inevitable pensar en una ampliación de la necrópolis, que, sin embargo, no se ha plasmado hasta ahora.

Vaciado

Un aspecto que en cierto modo juega en contra de la ampliación es la posibilidad legal de vaciar una sepultura. Ahora esa operación puede realizarse pasados cinco años desde que se haya enterrado una persona, aunque no parece todavía una medida muy extendida.

Otro aspecto es el auge de las incineraciones, aunque en pequeñas localidades no se ha llegado aún al nivel de grandes ciudades: si en Madrid, según fuentes consultadas, se incinera al 40% de los fallecidos, en Vilalba el porcentaje se sitúa actualmente en torno al 10% del total.