La huella de un año olímpico en Vilalba

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

ALBERTO LÓPEZ

El campo de fútbol se inauguró en 1992 y marcó el desarrollo de la zona como espacio de deportes y de ocio

14 ago 2017 . Actualizado a las 13:06 h.

1992 no solo dejó fue decisivo en Barcelona, con unos juegos olímpicos en los que España logró una cosecha de medallas a las que no estaba acostumbrada y con una ciudad que por y para las olimpiadas había pasado por una amplia transformación urbanística. Si cambiamos la capital de Cataluña por la capital de la Terra Chá, el año olímpico dejó una huella que aún se ve y que aún presta servicio: hace 25 años que se inauguró el estadio de A Magdalena.

Un campo con cómodas gradas a ambos lados y con pistas de atletismo entre el terreno dedicado al balompié y los asientos del público no se ve en todas partes: hace ahora 25 años, era más prácticamente un lujo. Como en unos juegos olímpicos, lo que entonces se puso en funcionamiento -el primer partido jugado fue un amistoso entre el Lugo y el Celta- tenía detrás años de historia. El actual alcalde, Agustín Baamonde, llevaba entonces dos años al frente del Concello, cargo que recuperó en el 2016 tras haberlo dejado en el 2005; y recuerda que se encontró con parte de la obra realizada y que se decidió avanzar con toda la agilidad posible.

El regidor recuerda que las únicas instalaciones deportivas de entonces eran el estadio Roca, aún usado actualmente por las categorías inferiores del Rácing Vilalbés, y el pabellón municipal, con unas condiciones inferiores a las de hoy. El Concello puso en marcha un plan de creación de escuelas deportivas, y la construcción del campo en A Magdalena tuvo continuidad con la construcción de pabellones en los colegios.

El estadio de A Magdalena no solo colocó al Rácing con un campo mejor que el de muchos equipos de Tercera División, categoría en la que militaba entonces y de la que forma parte ahora, aunque con temporadas en Preferente por el medio. Su conclusión, sin olvidar la existencia de hoteles con instalaciones suficientes, hizo también de Vilalba un lugar muy apetecido por equipos de categoría superior para estancias de pretemporada: los días que acaba de pasar el Deportivo en el municipio, usando A Magdalena para los entrenamientos, son un reciente y claro ejemplo de esa situación.

Hablando con números de hoy, el coste del campo de fútbol, recuerda Baamonde, fue de unos 723.000 euros; usando la moneda de entonces, hubo que desembolsar 120 millones de pesetas. Dos detalles destacados fueron que el Concello asumió la inversión en solitario y que se realizaron los trabajos con una brigada de obras creada para ese fin. Con el campo terminado e inaugurado, en el entorno siguieron realizándose trabajos hasta dotar a la zona de diversas instalaciones: no solo hay dos campos de entrenamiento al lado, sino que la oferta deportiva incluye, ya desde hace años, una piscina cubierta y varias canchas de tenis.

El primer partido oficial jugado por el Rácing Vilalbés en A Magdalena fue el de la primera jornada de la temporada 1992-93: recibió al Mindoniense, y el resultado fue un empate a cero. El equipo disputó una fase de ascenso a Segunda B -la de la temporada 2010-11, con eliminación en la primera fase ante un equipo andaluz, el Alhaurín de la Torre-, tuvo opciones esta temporada hasta la última jornada, y dispone de una amplia base que hace pensar que dentro de 25 años más tarde, aunque no haya juegos olímpicos por medio, el estadio seguirá prestando el mismo servicio.

La obra costó 120 millones de pesetas, y el Concello la realizó con una brigada