Un homenaje a los peregrinos del Camino en Triacastela

PAULA ÁLVARES / U. C. LUGO / LA VOZ

TRIACASTELA

La villa celebró su Fiesta del Peregrino con un programa lleno de actividades, música y talleres para todos los públicos

17 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Triacastela acogió este sábado su tercera edición de la Fiesta del Peregrino. Un evento que rinde homenaje a los caminantes que tanta vida aportan a la villa, pero pensado también para hacer disfrutar a los propios vecinos de la comarca. Durante el día, hubo puestos de artesanía con productos locales, música, obradoiros y talleres para todas las edades.

Además, la fiesta contó con agentes de varias nacionalidades como Brasil o Francia que, desde hace un par de meses, ejercen labores de vigilancia y ayuda a los peregrinos. También la Guardia Civil estaba a disposición de todos los asistentes.

La jornada comenzó con la colocación de puestos de artesanía en la vía principal y con la animación musical a cargo del grupo Gaitas Xiada e Panderetas Ruadiña. Este fue uno de los momento con mayor afluencia de peregrinos, limitados por sus horarios de descanso.

También la autora local Mirella López presentó su libro «Breicar en el Camino de Santiago» bajo la mirada de los asistentes y, casi al mediodía, el investigador y vecino de Sarria Manuel F. Rodríguez reunió gran afluencia de gente durante la lectura del pregón.

En su discurso, Rodríguez destacó lo importante que es desde tiempos inmemoriales la peregrinación para una villa como Triacastela, que ya en el Códice Calixtino aparece como última etapa del camino. Además, hizo mención a las historias de peregrinos que pasaron por Triacastela y, posteriormente, contaron su experiencia.

La tarde se centró en la participación de los asistentes, peregrinos y habitantes, que en los talleres pudieron elaborar un peregrino de mimbre y disfrutar de dos artistas de la motosierra. Estos convirtieron la madera en preciosas esculturas.

Para finalizar, Triacastela disfrutó de la banda sarriana de rock Sound Sisters. Y, siguiendo con el reconocimiento a los peregrinos, entregó una «triacastelana» a los que pernoctaron allí.