El temblor de tierra registrado en la madrugada de ayer en el municipio de Taboada sorprendió a muchos vecinos del sur lucense, haciendo recordar a algunos la célebre ola de seísmos que se desató hace veintiún años en las montañas de Becerreá y Triacastela. Eso fue lo que pensó el alcalde de Sober, Luis Fernández Guitián, quien se despertó a causa del seísmo en su domicilio de la localidad de Proendos. «Notei sobre todo o ruído, que durou como seis ou sete segundos, e despois unha sacudida pequeniña, e lembreime dos terremotos fortes que houbo en 1997», explica. Según algunos mensajes llegados al perfil de Facebook de la edición local de este diario, el temblor también fue sentido al sur de este municipio, en la parroquia de Doade, junto cañón del Sil.
Por otro lado, el seísmo fue percibido de una forma muy desigual no solo en Taboada, sino en todo resto del territorio, donde muchos vecinos se despertaron a causa de la sacudida y el ruido mientras que para otros pasó totalmente inadvertido. Según diversos testimonios recogidos ayer, en el centro urbano de Monforte hubo personas que no notaron nada a pesar de estar aún despiertas cuando se produjo el temblor, mientras que otras -en zonas como la calle Calvo Sotelo y el barrio de la Estación- lo percibieron claramente.
Algo similar ocurrió en el municipio de A Pobra do Brollón, donde numerosos vecinos -como el alcalde José Luis Maceda- siguieron durmiendo tranquilamente sin notar nada mientras que otros se despertaron, se levantaron e incluso llegaron a salir a la calle. Es el caso de un vecino de la localidad de Canedo que señaló en un mensaje publicado en la edición digital de este periódico que se despertó a causa de un ruido «parecido al que haría una estampida de elefantes» y notó que «temblaron todos los cristales de la casa e incluso el techo».