Paseo histórico por los bares de Recatelo

antón grande LUGO

PORTOMARÍN

 Grupo de miembros de la Peña Armonía, en el antiguo local del Rivas
Grupo de miembros de la Peña Armonía, en el antiguo local del Rivas

Es uno de los barrios más pequeños de Lugo, pero con mayor tradición de chateo, que tenía incondicionales

03 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante la segunda mitad del pasado siglo el barrio de Recatelo, situado entre el Parque Rosalía de Castro y la Porta Santiago, fue uno de los centros importantes del chateo, no solo de los propios vecinos del barrio sino de otros lucenses que acudían en pandillas a tomar unos vinos o a entonar algunas canciones cuando, por aquel entonces, los aparatos de música o las televisiones no impedían este tipo de actividad cantora que ha desaparecido prácticamente de los bares y tabernas de la ciudad.

Recatelo por aquellos años, pese a ser uno de los barrios más pequeños de Lugo, contaba con numerosos bares y tabernas en los que podían paladearse vinos a granel procedentes de las riberas de Chantada, Portomarín, Taboada, Sober o Quiroga, que habitualmente se tomaban en tazas o ?cuncas?, que también han sufrido una merma grande en los establecimientos de hostelería de la ciudad a pesar del atractivo turístico que suponen.

Dominó en la sobremesa

Uno de los últimos establecimientos históricos de aquellos años, el Sabadelle, situado en la Porta Santiago, cerró sus puertas hace unos tres años. Con un mostrador situado frente a la puerta de entrada, contaba con un mobiliario muy tradicional de los bares y cafés de entonces, mesas de fundición con soporte superior en mármol en las que era habitual, en sus buenos tiempos, ver partidas de cartas o de dominó a las horas de la sobremesa.

El mayor número de bares y tabernas del barrio se concentraba en el tramo de la Ronda da Muralla (Ronda del General Sanjurjo). Así, ascendiendo desde la Porta Santiago figuraba en primer lugar el café bar Manco, un lugar de chateo pero cuya especialidad eran los cafés y las partidas del media tarde. A este local acudía con asiduidad el escritor Ánxel Fole, al que era habitual verlo sentado ante una mesa leyendo prensa o haciendo tertulia con algunos escritores o amantes de las letras.

Casi por frente, en dos casas adosadas a la muralla, hoy desaparecidas, se ubicaba el Portomarín, que servía a su vez como bar y como parada para los autobuses procedentes de aquella localidad. Pegada a la casa de este establecimiento se encontraba, en los bajos, la peluquería Froilán, que venía a ser, junto con su colega, Peluquería Luis, al lado del Sabadelle, casi de modo oficial, los peluqueros del barrio.

A pocos metros del Manco, en la misma acera, estaba el bar Santiago, un amplio establecimiento que constaba de una primera parte, con barra y dedicada al chateo, y otra situada al fondo con mesas para la tertulia, el café y las partidas.

Pegado a este bar se encontraba el Ouro, una taberna al más puro estilo tradicional y que además ofrecía comidas caseras. En este local, en 1963, se rodaron varias secuencias de la película Fuego, dirigida por Julio Coll. También al lado de esta taberna estaba el Rivas, en el que se ofrecían platos caseros. Este establecimiento sigue existiendo en el mismo lugar, después del derribo del anterior edificio y la construcción del actual, que sigue rigiendo la misma familia que lo llevaba.

Dividiendo la entrada a la calle que da nombre al barrio y la Ronda se encontraba otra mítica taberna, La Taboadesa, que regía el matrimonio formado por Julián Ripoll y su esposa Edelmira, en el que era frecuente encontrarse con pandillas aficionadas al cante de taberna, que competían entre ellas. Contaba también esta tasca con un pequeño comedor en el que se ofrecían comidas, especialmente los días de mercado.

Continuando por la Ronda figuraba en primer lugar el Brántega. Una de las hijas de los propietarios fue nombrada miss Lugo en el San Froilán de 1950.

La Peña Armonía

Al lado de este establecimiento figuraba el Palas, que comenzaba estrechándose en la zona del mostrador y que se ensanchaba hacia el fondo con un grupo de mesas. Más arriba se encontraba el Devesa, otro tradicional con buenos vinos de las bodegas de las riberas de la provincia y buenas tapas. A su lado La Carlota, que contaba con una planta baja con mostrador y espacio para mesas, y un piso superior en el que se servían comidas.

En este bar tuvo su sede, durante muchos años y hasta su cierre, la popular Peña Armonía, de ahí que sus paredes estuviesen decoradas con numerosas fotografías de la misma, que celebraba una comida anual, con partido entre solteros y casados incluido, así como otras actividades como el concurso de carrozas que organizaba el Ayuntamiento, elección de mises o colaborar en actividades benéficas.

crónica un barrio vinculado a 25 tabernas

Ánxel Fole frecuentaba el Manco y en el Ouro se rodó una película