Un estudio del País Vasco indica que la preparación solo es eficaz si el nacimiento elimina la medicalización, una opción por la que apuestan las matronas gallegas
17 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nurisng Research realizado por matronas del País Vasco indica que las clases de preparación al parto no tienen influencia en la calidad, duración y conclusiones de este porque se trata de procesos excesivamente medicalizados. ¿Es eso cierto? ¿No sirven para nada las horas de clase antes de dar a luz? ¿Ocurre lo mismo en Galicia? Las matronas gallegas consultadas para este reportaje puntualizan, y mucho, estas conclusiones: «Parece mentira que el estudio se haya hecho en el País Vasco ?-apunta una veterana, Teresa Pérez Martull, de A Coruña-, que está tan avanzado en estos temas. Eso que dicen sí podía ser cierto hace años, pero ahora los partos tienden a ser más naturales, y la mujer puede elegir cómo lo quiere; por lo tanto, las clases para el parto sí son muy útiles». Donde se pregunte, la respuesta es la misma: el personal del Sergas está haciendo un gran esfuerzo por eliminar la medicalización de los partos y darle protagonismo a la mujer; pero, evidentemente, si el parto se instrumentaliza en exceso, de poco sirve lo que la mujer lo haya aprendido todo sobre respiraciones, pujos y tiempos.
El citado estudio, realizado por las matronas Isabel Artieta y Carmen Paz, que recoge Efe, se basa en el seguimiento a 616 madres primerizas de entre 18 y 42 años entre la semana 36 de embarazo (son 40) y el día posterior al parto. Las conclusiones son muy duras: no se observa influencia de los cursos ni en la duración del período de dilatación, ni en el expulsivo, ni en la proporción de partos normales, ni en la incidencia de lesiones perineales graves, ni en la satisfacción de la mujer, ni en el estado físico del recién nacido a los cinco minutos. Solo hay un aspecto positivo: las mujeres -en su práctica totalidad españolas primerizas- que acuden a las charlas tienen menos ansiedad.
Además, en el trabajo se apunta que las clases de parto no han cambiado en los últimos cuarenta años, cuando las cosas eran completamente diferentes.
Mujeres con información
La experiencia sí indica que con las décadas ha habido cambios. María Rodríguez Sabio, matrona de Sada, reconoce que las mujeres de ahora necesitan menos «educación maternal» -término acuñado únicamente en España- y más «psicoprofilaxis obstétrica» porque las mujeres de hoy tienen mucha información, «a veces excesiva, por Internet», pero es que antes «confundían la trompa de Falopio con la trompa de Eustaquio», dice con humor la matrona.
Así, y según su experiencia, las clases preparto deben servir a las mujeres para «llegar a las urgencias de un hospital y decir lo que quieren, como, por ejemplo, ''quiero un parto de matrona y sin episiotomía'', porque una mujer que tiene plena posesión de su trabajo y su vida también tiene que poseer su parto». Obviamente, reconoce la experta, todo depende de cómo se desarrolle el proceso, y siempre que no haya sufrimiento fetal.
Según apuntan varias matronas, en un hospital tan grande como el Materno coruñés no hay problemas para conseguir un parto natural y con control de la mujer si esta lo pide. «Por suerte, se acabó la época de la pobre mujer dócil que dejaba hacer al tocólogo salvador», explica una matrona del hospital coruñés que prefiere no decir su nombre. Eso en los grandes centros, porque en otros más pequeños, como el de Cee o en O Salnés, las cosas son más íntimas y el parto natural es una oferta que lleva años en cartera; según las responsables del servicio arousano, «sí se nota» cuando entra en el paritorio una mujer que ha acudido a las clases de preparación. En otros, la limitación viene dada por las instalaciones: en Lugo, por ejemplo, el nuevo hospital -previsto para el otoño- ofrecerá la posibilidad de usar bañeras durante el período de dilatación.