BUCIÑOS: FIGURAS CON ALMA

La Voz

LUGO CIUDAD

JERÓNIMO MARTEL ARTE

12 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

El Museo Municipal de Ourense nos ofrece durante este mes una exposición antológica de obras en bronce -seleccionadas de entre las de los siete últimos años- del escultor ourensano de adopción Buciños: Manuel García Vázquez, o, en nombre artístico, Manuel García de Buciños, o, abreviadamente, Buciños. Nació en la aldea de Buciños, de Carballedo (Lugo), el 10 de diciembre de 1938. Desde 1963, reside en Ourense, donde ya tuvo su segunda muestra individual -tras la inicial, de Madrid-, en 1966 y precisamente en el Museo Municipal. En el Ourense de los 60, figuró en la tertulia del café Parque que encabezaba Vicente Risco, con -entre otros- los asimismo escultores Arturo Baltar y Acisclo Manzano. Aquí en Ourense, en fin, cuenta con esculturas monumentales de Otero Pedrayo y, desde hace tan sólo días, Castelao. Para Blanco Amor las estatuas de Buciños ofrecían «un aire sutilísimo de poesía, de ternura humana, de fuerza, de preocupación sin declamación y de solidaridad natural». Últimamente su materia ha dejado de ser la piedra o la madera, para ser un bronce de fundición a ceras perdidas, que además funde el propio artista. Así puede «facer cousas moi airosas, volátiles», como él mismo dice. Cabría verdaderamente decir que sus esculturas -«todas as miñas obras representan mulleres, homes, nenos», ha dicho- están ancladas en el mismo aire. Ese punto de apoyo que necesitaba Arquímides para mover el mundo, buciños lo reduce al máximo. Por lo demás, este artista tan personal no inscribe su figuración sino en el oficio de «alargar, ensanchar, estilizar» la naturaleza para hacerla arte.