Santo Domingo y su convento

Adolfo de Abel Vilela LUGO

CASTROVERDE

FOTOS ABEL VILELA

Memoria de Lugo | Patrimonio eclesiástico La comunidad dominica tuvo una gran influencia en la vida religiosa y cultural de la capital de la provincia debido a que fue centro de estudios sobre diversas materias

24 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

El convento de Santo Domingo tenía un patrimonio importante, figurando desde el año 1499 el antiguo priorato benedictino de la parroquia de Montecubeiro (Castroverde). La comunidad dominica va a tener una gran influencia en la vida religiosa y cultural de los lucenses. No sólo por el hecho de la fundación del convento de las dominicas de Santa María A Nova, sino también por la importante oferta de estudios que disponía, como los de Gramática, Lógica y Teología, establecidos en el convento y la consecución como patrona del Ayuntamiento de Lugo de la Virgen del Rosario, cuya festividad se celebraba popularmente. Es probable que el convento fuese pionero entre los fundados en la ciudad, pues aunque tradicionalmente se dice que primero lo fue el de San Francisco, lo cierto es que la documentación da referencias más antiguas para el de los predicadores. Entre los hallazgos destaca la carta de 15 de marzo de 1274, en la que el obispo don Fernando Arias (1270-1276) envía a los padres del convento de Santiago autorizándolos a fundar en Lugo. Los dominicos comenzaron a construir el convento, pero muerto el prelado en el año 1276, el Cabildo lucense entabló pleito contra la posesión que habían tomado del lugar, por hacerse la fundación sin su consentimiento, a pesar de que la Orden de Predicadores tenía desde su origen concesiones pontificias que le permitían hacer fundaciones en villas y ciudades si los pueblos los invitaban a instalarse y realizar su habitual ministerio. Papa Juan XXI Para que los religiosos desistiesen de la fundación, se publicaron censuras contra ellos por parte del provisor Pedro Yáñez y su hermano Fernando, canónigo de la iglesia de Lugo. Fueron momentos de incertidumbre. Pero el 11 de abril del año 1277 el Papa Juan XXI despachó un breve en Viterbo, conocido como la bula Sua nobis, a favor de los dominicos, levantando las censuras impuestas anteriormente y reprendiendo a los que impedían la obra. En la citada bula figura como juez Petrus Foris y el canónigo Ferdinandus de Foris, es decir, de San Pedro de Fóra o del Burgo Novo, como aparece citado en el Memorial de los Aniversarios a partir del año 1223, Magister Petrus de Burgo Novo. Esto fue una buena noticia para los dominicos lucenses. Enseguida cuentan con devotos que les van a ayudar en la construcción del convento, como Arias de Parga, familiar del obispo, que figura en una inscripción como patrono y promotor. También se pueden apreciar los escudos de las familias protectoras del templo.