El agua de la traída de Castro de Rei lleva cuatro meses con problemas: «Nunca se deu que en decembro non se puidese consumir»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

Diferencias sobre el nivel de arsénico entre los análisis del Concello y de la Xunta impiden el consumo

09 dic 2025 . Actualizado a las 16:18 h.

El agua de la principal traída de Castro de Rei, que se abastece del manantial de la parroquia de Quintela, lleva con problemas desde finales de julio. La aparición de niveles de arsénico por encima de lo permitido impulsó al Concello a recomendar que no se usase para beber ni para cocinar. Pasados cuatro meses, la situación se mantiene: «Nunca se deu o caso de que en decembro non se puidese consumir», admitió este lunes el alcalde, Francisco Balado, que no oculta su preocupación por este «problema gordo».

Que no se levante esa recomendación de no beber y no usar el agua para cocinar se debe a una diferencia entre los análisis que encarga el Concello y los que efectúa la Xunta. Los primeros, que lleva a cabo una empresa de Santiago de Compostela, han ofrecido en las últimas muestras un nivel de 8,05 miligramos por litro en la entrada del mercado ganadero de Castro de Ribeiras de Lea. Los de Sanidade se tomaron unos días después en el depósito de Quintela, en el mercado ganadero y en la Fundación de Daño Cerebral (Fudace), cuyas instalaciones están en Castro de Ribeiras de Lea, y ofrecieron niveles de 12 miligramos por litro.

La diferencia es notable entre ambos casos. Si además se tiene en cuenta que con un nivel de 10 miligramos por litro el agua ya es desaconsejable beber el agua o usarla para cocinar, los análisis del Concello indican que la situación es de total normalidad, y los de Sanidade, que hay motivos para la preocupación. Así las cosas, Balado pretende reunirse en días próximos con responsables de Sanidade porque no considera normal esa gran diferencia entre unas pruebas y otras.

La sorpresa es mayor por el momento en que se hicieron los análisis de la Xunta, poco después que los del Concello. Las muestras se tomaron el 2 de este mes, después de días de lluvias, por lo que lo normal sería, como ya ocurrió otras veces, que una mayor entrada de agua en los depósitos ayudase a rebajar con cierta facilidad los niveles de arsénico. De esa extrañeza, dijo este lunes el alcalde, sale la intención de reunirse con responsables de Sanidade: «Teño a convicción de que a agua é válida para o consumo», afirmó.

Mientras tanto, a medio plazo sí parecen posibles obras que resuelvan este problema. La solución está en una reforma de la potabilizadora, situada también en Quintela, y en la construcción de un nuevo depósito. En la depuradora se instalarán nuevos sistema de decantación y de filtrado, mientras que el nuevo depósito estará cercano al actual. El coste de las obras se estima en unos tres millones de euros, con financiación aportada por la Xunta y por el Concello, y se prevé que la primera fase pueda comenzar en el 2026.

La traída que se abastece del manantial de Quintela lleva el suministro a una amplia parte del municipio, incluyendo el núcleo de más población, Castro de Ribeiras de Lea, y su parque empresarial.

Por su parte, el PSOE de Castro de Rei pide que se publiquen periódicamente, en la sede electrónica municipal, los informes que indican si el agua de la traída es o no potable