Parece el tópico de estas fechas que se repite año tras año, pero la realidad es que los lucenses seguimos sin un lugar abierto en el que poder refrescarnos en el Miño. Me comentaba hace unos días un amigo que se había hecho una ruta caminando unos tres kilómetros por las orillas del río y que en todo ese trayecto no había encontrado un lugar para bañarse. Es posible que exagerase un poco porque yo al menos conozco un par de ellos, aunque también es cierto que son contados los lugares en donde bañarse.
Los dos lugares que conozco son frente a las Aguas Férreas y Las Islas. Del primero recuerdo a muchos lucenses que se bajaban con su comida y se aposentaban en la carballeira que rodeaba la entonces famosa fuente. A la hora del baño, cruzaban la carretera y desde el Prado do Portugués se metían en el agua, en un lugar, por cierto, con abundancia de mejillones, que algunos pescadores recogían para emplearlos como cebo. Del segundo lugar, Las Islas, o As Illas por su nombre actual, mi recuerdo era como el lugar preferido de muchos lucenses para el baño y las comidas campestres. Cuántas veces dejé el Club Fluvial para irme con mis amigos a bañarnos a este lugar, en el que además existía un chiringuito, aún queda la estructura, en donde se podía adquirir unas cervezas o algo para picar mientras se tomaba el sol. Desde hace algún tiempo, los propietarios del prado han impedido estas actividades, incluido el chiringuito. Pero volviendo a la realidad cotidiana, lo cierto es que no hay apenas lugares, excepto el Club Fluvial, en donde se pueda acceder con facilidad al baño. Otro año más y van…