Más de 60 denuncias en los últimos 13 meses para los gorrillas del HULA, que ganan hasta 100 euros al día
LUGO
Los usuarios evitan el párking del hospital para «ahorrarse problemas» con ellos, que llegaron a ser denunciados por rayar coches y amenazar a médicos y pacientes
30 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El primer mes del nuevo año trajo consigo muchas novedades en la ciudad de Lugo. Lo que no cambió, sin embargo, fue el hartazgo de muchos lucenses con respecto a la situación del aparcamiento del HULA. Más concretamente, de las molestias que les causan los conocidos gorrillas, que actúan como aparcacoches improvisados en el lugar de estacionamiento usado por muchos usuarios, situado justo frente al centro hospitalario. Son más de una docena las personas que se dedican a «guiar» a los conductores por el párking, señalándoles los sitios que están libres, para obtener una remuneración a cambio. Según alguno de los gorrillas, en un día «bueno» pueden ganar «hasta 100 euros».
En los primeros veinte días del año, la Policía Local confirmó que se sancionó a cuatro personas por estas actividades. Por lo tanto, parece que la tónica del 2022 sigue al nivel de la del año anterior, en el que los agentes multaron a los gorrillas hasta en 61 ocasiones durante el 2021.
Son más de una docena de personas las que acuden regularmente al párking del HULA, con el objetivo de sacar un dinero con el que salir adelante, según dicen, ya que muchos de los aparcacoches proceden de familias en riesgo de exclusión, y residen en poblados como los de O Carqueixo o Mazoi.
Se turnan cada día para ejercer este oficio improvisado, por lo que siempre hay, al menos, media decena de gorrillas en el párking en varios puntos del día. Se les puede ver, sobre todo, a primera hora de la mañana, cuando más afluencia hay en el centro hospitalario.
Su método es sencillo, pero efectivo. Cuando un vehículo entra en el párking, «guían» al conductor a un sitio que esté libre. Entonces, cuando se bajan del coche, les piden, a cambio, una remuneración económica.
Encontronazos desagradables
«Yo hace tiempo que dejé de darles dinero, porque no quiero fomentar una actividad que me parece injusta con los usuarios». Así explica su día a día Silvia, una mujer que acude habitualmente al HULA y que confiesa evitar aparcar allí si puede: «Preferimos estacionar en otro sitio para evitar problemas. Hace años me rayaron el coche por negarme a darles dinero», afirma.
Y es que esta decisión ya la toman muchos lucenses que acuden al hospital. La tónica general es la de «ahorrarse problemas», como explican Pepe y Óscar, dos usuarios habituales del HULA, que «a veces les damos algunas monedas para que no nos tengan fichados», y que suelen aparcar fuera de allí, si pueden.
Los dos integrantes de un matrimonio, que confiesan evitar también el párking, explican que tuvieron un encontronazo recientemente con un gorrilla. «Yo vengo a rehabilitación al HULA, y uso muletas para caminar», explica la mujer, «y, una vez, al negarnos a darle dinero, uno de ellos se puso a insultarnos y a gritar que mi marido me maltrataba y que por eso estaba con las muletas. Fue muy desagradable».
Los usuarios, en definitiva, se preguntan si hay alguna solución posible, mientras continúan siendo recibidos por los gorrillas en el párking del HULA.
«En un día bueno, podemos sacar hasta 100 euros; la gente se porta bien con nosotros»
Uno de los gorrillas —que dice llamarse Paco—, cuenta que acuden «varias horas al día» a trabajar al aparcamiento. Explica que necesita el dinero «para alimentar a mis hijos y a mi mujer». Viven todos en O Carqueixo, justamente junto a la vivienda que el Concello derribó hace unas semanas. En un día bueno, comenta el aparcacoches, pueden sacar hasta 100 euros de los usuarios del hospital. «Si no viene mucha gente, te puedes quedar en 20 o 30, pero suelen portarse muy bien con nosotros», afirma.
A pesar de que defiende que la policía solamente «viene aquí, nos pide la documentación y se marchan», son ya cuatro las multas que llevan él y sus compañeros en lo que va de año. En el pasado, se les llegó a denunciar por tirones de bolsos, amenazas, rayazos de coches...
Hay quien dice, incluso, que ya innovan en sus servicios. Según una persona que acude habitualmente al HULA, algún gorrilla incluso se ofrece a transportar a personas con movilidad reducida en silla de ruedas hasta la puerta del hospital a cambio de un pago de cinco euros.