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La línea lucense es una de las últimas de España que carecía del sistema de electrificación
20 sep 2021 . Actualizado a las 10:21 h.En el proyecto de reforma que acomete ADIF en la vía de ferrocarril entre Lugo y Monforte la gran novedad con respecto a la línea que se construyó en último cuarto del siglo XIX será la electrificación. Por un lado, la gran cantidad de millones que se ejecutarán hasta el 2024 en este trazado de 71 kilómetros no solo tienen como misión mejorar la actual vía si no adaptar los pasos y túneles (incluido uno nuevo, el de Oural) para poder instalar la electrificación de la línea, el gran salto cualitativo del histórico trazado ferroviario.
Las locomotoras eléctricas suponen un avance considerable a los trenes que hemos conocido en Lugo debido a su alta relación potencia-peso, en comparación con otros tipos de locomotoras como las diésel o a vapor, que tienen acoplados los generadores a bordo. La electrificación no solo aporta ventajas ambientales, sino que además permite alcanzar velocidades más altas.
Pero por otra parte, cuando estén acabadas las obras de electrificación -adjudicadas por ADIF esta semana por 17,2 millones de euros- 4 menos de lo que fueron licitadas- Lugo dejará de ser una de las pocas capitales de provincia de España con una línea ferroviaria sin electrificar (hay zonas de Extremadura o Andalucía).
La UTE Moncobra (participada en un 55 %) y Teléfonos, Líneas y Centrales (con un 45 %), que se impuso en la fase de concurso a otra siete candidatas, tendrá 18 meses para ejecutar las obras de 73 kilómetros, ya la electrificación irá desde el puerto seco de Monforte hasta la terminal de mercancías de Lugo.
La electrificación de este tramo lucense está diseñada para una velocidad de la catenaria de 200 kilómetros por hora. Hay que recordar que las velocidades máximas que llega a tener en la actualidad los trenes que cubren el servicio de Lugo a Monforte solo alcanzan durante unos minutos, en la variante de A Pobra de San Xiao, los 160 por hora.
La línea que se instalará entre la capital lucense y la de la Ribeira Sacra será de contacto de 25 kv de corriente alterna, el tipo que ADIF está utilizando en las nuevas electrificaciones. Esto permitirá que en determinados momentos del trayecto se pueda llegar a los 200 kilómetros por hora, lo cual no significa que sea así en todo el recorrido. Y menos en el caso entre Monforte y Ourense, que aunque está electrificado en la actualidad (también se modificará de 3 kv a los 25 kv) la no construcción de las variantes de Os Peares o la de Rubián no permitirán a las locomotoras llegar a esa velocidad.
ADIF ya deja claro que «la tipología de catenaria está diseñada eléctricamente para ser alimentada mediante el sistema de electrificación de 2x25kV de c.a., y mecánicamente para una explotación en líneas existentes de Red Convencional, con trazado irregular y velocidades de hasta los 200 km/h.».
Las diferencias entre AVE, alta velocidad o velocidad alta
Las palabras son importantes. Cuando se pensó en los inicios del siglo XXI en una nueva línea de ferrocarril entre Lugo y Ourense siempre se habló de alta velocidad, en las mismas condiciones en las que se estaban ejecutando en otras partes de España o en la prevista para el Eje Atlántico. Pero aquel sueño de doble vía, variantes y nuevos trazados se fue diluyendo con la crisis económica, las reprogramaciones de obras públicas o «las predisposiciones presupuestarias».
Así, en la segunda década del siglo XXI ya se habló del concepto de conectar Lugo a la alta velocidad, que no dejaba de ser la reforma de la actual vía para acceder en Ourense a las verdaderas prestaciones del AVE (será realidad a finales de este año).
El servicio de AVE, propio de España, que ofrece Renfe supone que los trenes circulen a una velocidad igual o superior a los 300 km/h utilizando exclusivamente las líneas de alta velocidad. Según la definición de la Comisión Europea, la alta velocidad ferroviaria son líneas diseñadas y construidas para velocidades iguales o superiores a 250 kilómetros por hora.
También se incluyen las líneas convencionales que han sido adaptadas para la circulación de trenes a velocidades en torno a los 200 kilómetros por hora, que en determinados tramos podría entenderse que será el caso de la línea de Lugo-Monforte-Ourense.
Por su parte, el término velocidad alta o altas prestaciones suele utilizarse para referirse a las líneas convencionales adaptadas a la alta velocidad, que sería el caso de la lucense una vez que terminen todos los trabajos que ya ejecuta ADIF.
