Otro revés para el 5 % del Plan Xeral

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Vista de Lugo desde el Alto do Picato
Vista de Lugo desde el Alto do Picato ALBERTO LÓPEZ

El expediente para legalizar la superficie pendiente del PXOM de Lugo ha pasado a manos de personal de Santiago, tras un conflicto de intereses

06 jun 2022 . Actualizado a las 11:56 h.

El pasado verano, tras años de espera, el pleno del Concello de Lugo sacó adelante la aprobación inicial del 5 % pendiente del Plan Xeral de Ordenación Municipal. Se trata de una superficie de más de 1.000 hectáreas repartidas por todo el municipio y a las que la Xunta, en su momento, no había dado el visto bueno a nivel de planeamiento.

Una vez aprobado inicialmente el documento, se remitió a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, que en el plazo de un mes debía examinar, con carácter previo, la documentación. Luego, la consellería tendría un plazo de tres meses para remitir un informe que, de ser favorable, permitiría aprobar definitivamente ese 5 %.

Pero la teoría siempre es más sencilla que la práctica, y la tramitación se ha encontrado algún escollo. El 5 % del PXOM lucense se estaba revisando en la jefatura provincial de Urbanismo de la Xunta, pero la tarea se ha derivado a Santiago a petición de la responsable provincial de urbanismo. El motivo es que la jefa de urbanismo de la Xunta fue designada como responsable del servicio de Arquitectura del Concello mediante una libre designación auspiciada por el edil Miguel Couto. Ella ya había aceptado el cargo pero, sorprendentemente, en el último momento dieron el puesto a otra persona. Dado que la funcionaria podría emprender acciones legales contra el Concello por esta cuestión, ella misma consideró que no era compatible embarcarse en un proceso judicial y dar el visto bueno al 5 % pendiente del PXOM lucense.

La propia Xunta confirmó que la funcionaria, por esta posible incompatibilidad, se apartó del expediente del planeamiento lucense, que ahora será llevado por el servicio de Planificación Urbanística de Santiago, en colaboración con los técnicos de Lugo. Con el cambio de manos, los conocimientos previos y la fluidez en cuanto a comunicación que existía antes entre Concello y Xunta se pierde, y ahora es en Santiago, donde se gestiona el urbanismo de toda la comunidad, donde manejará el expediente.

Veinte años para un PXOM

La historia del Plan Xeral lucense da para mucho. Fue a finales del siglo pasado cuando el Concello inició los trabajos para redactar el documento. Tras años de trabajo y burocracia, en abril del 2011 la Xunta le daba el visto bueno, con una salvedad: dejaba un 5 % fuera de ordenación a la espera de que se corrigiera. En unos casos apuntaba que los suelos no estaban correctamente delimitados y en otros que estaban mal previstos algunos asentamientos.

Hubo otro intento de aprobación dos años más tarde, cuando el Concello presentó nueva documentación, pero la Consellería de Medio Ambiente volvió a paralizarlo en base a un informe de la Confederación Hidrográfica Miño Sil en el que pedía estudios hidrológicos e hidráulicos de las zonas que estaban en suspenso. Según el Concello, ese trámite ya se había satisfecho anteriormente, pero aún así tuvo que poner en marcha de nuevo el proceso para obtener ese informe favorable, que no llegaría hasta marzo del 2019.

El pasado mes de julio, con el edil Miguel Couto al frente de Urbanismo -y empeñado en sacar adelante el planeamiento y poner orden en el departamento- el Concello aprobó en pleno el 5 % pendiente y lo remitió a la Xunta, que debe validarlo ahora antes de que el Ayuntamiento lo apruebe de forma definitiva.

A nivel práctico, lo que está en suspenso es una superficie que supera las 1.100 hectáreas. Afecta a 24 zonas de suelo urbanizable que pueden ser susceptibles de desarrollo y a 67 núcleos rurales (y unas 1.500 viviendas) en las que ahora mismo no se pueden pedir licencias mayores y por tanto en las que no está permitido construir casas ni grandes instalaciones agropecuarias.

La falta de ordenación es además una cortapisa a la hora de urbanizar nuevas zonas de suelo, como puede ser la próxima al HULA, que estaría pendiente de modificación, pero que será edificable una vez el PXOM obtenga al completo el visto bueno definitivo.

Primer tropezón del edil de urbanismo en su intento de agilizar las licencias

Conseguir alguna licencia se puede demorar años en el Concello de Lugo. Hasta el Colegio de arquitectos envió una carta al ayuntamiento denunciando que esto suponía una pérdida gravísima para Lugo, en donde se invertía cada vez menos y estaba quedando a la cola porque las iniciativas desistían ante las trabas. Consciente del problema, la alcaldesa colocó al fichaje Miguel Couto en la concejalía de urbanismo para intentar revertir esta situación que le torpedeó su primer mandato. En año y medio de concejal, Couto se hizo con la propiedad de la N-VI a su paso por Lugo y desbloqueó la urbanización y el desarrollo de toda la zona de As Saamasas. También desbloqueó la urbanización de la esquina de San Roque con la Ronda frente a la puerta de Santiago, un adefesio histórico; la casa en ruinas del número 48 de la Ronda o la expropiación para desdoblar Duquesa de Lugo, pero siempre tardando más de los previsto porque el servicio no le respondía con agilidad sino con burocracia. Couto vio la puerta abierta para eliminar esta rémora cuando la arquitecta jefa de urbanismo de la Xunta en la provincia aceptó la propuesta de irse a trabajar al concello mediante una libre designación. Couto había conocido su eficacia durante los trabajos para la aprobación del 5% y vio que le podría desatascar el problema. Pero una vez que se hizo el primer informe para incorporarla y ella aceptó, un segundo informe de un funcionario del concello y al parecer contradictorio con el primero, invalidó su nombramiento, sin que la alcaldesa hiciese nada. Para más sonrojo, la funcionaria que ahora no servía, hasta había presidido oposiciones para funcionarios en el concello. Y además, el asesor jurídico municipal parece que no compartía el veto, pero nadie le pidió informar.

La primera consecuencia fue que la arquitecta anunció acciones legales para restituir su honor -porque en realidad la plaza no era una mejoría laboral- y por tanto, decidió abandonar la tramitación del 5% del PXOM para no supervisar a un concello al que va a denunciar. Así, la gestión del 5% pasará a Santiago.

La segunda consecuencia es que Couto sufre un traspiés en su incipiente carrera política. Hasta tal punto que su ilusión de agilizar las licencias parece perdida y ni siquiera asistió a la toma de posesión del jefe del Servicio de Arquitectura, ocupada por uno de los funcionarios actuales.