La Valedora pide explicaciones al Concello por los gorrillas del hospital de Lugo

María Guntín
maría guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

Los gorrillas son unos habituales en el leiraparking del HULA, en Lugo
Los gorrillas son unos habituales en el leiraparking del HULA, en Lugo ALBERTO LÓPEZ

Tres afectados han presentado ya sus quejas ante el alto comisionado

23 ene 2021 . Actualizado a las 14:31 h.

La queja de una sanitaria del Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA) que denuncia la inseguridad, el acoso y las intimidaciones que sufren trabajadores y pacientes de este centro sanitario por la presencia de los gorrillas ha llegado a la Valedora do Pobo. El alto comisionado pide ahora explicaciones al Concello de Lugo para conocer los pormenores de la situación que provocan día tras día los aparcacoches, que están presentes en todo el recinto de aparcamiento del hospital, así como en la zona del leiraparking.

La Valedora inició hace dos días actuaciones ante el ayuntamiento. En concreto, le requiere que en un plazo de 15 días -que empezaron a contar desde este miércoles- facilite información sobre los problemas que motivan la queja contra los gorrillas. Cuando reciban el correspondiente informe, se pondrán de nuevo en contacto con la afectada, que a su vez podrá presentar un recurso frente a la resolución administrativa a través de vías administrativas o jurisdiccionales.

Investigaciones

Aunque la Valedora no puede hacer un examen individual de aquellas quejas que están pendientes de resolución y debe suspender su actuación en caso de que, una vez iniciada, se interpusiese una demanda o recurso ante los tribunales, esto no impedirá una investigación sobre los problemas que ha expuesto la trabajadora.

La queja de esta sanitaria del hospital lucense ha dado pie a que otros dos afectados siguiesen su ejemplo. Ayer, otra sanitaria y un paciente del HULA interpusieron su protesta y también alertan de la situación de impunidad de la que gozan los gorrillas desde poco después de que se inaugurase el hospital, hace casi diez años.

Aunque las quejas sobre los gorrillas se suceden mes tras mes, por el momento no se han tomado medidas contra su presencia a pesar de las numerosos cruces políticos que han protagonizado el debate público desde hace ya años. Un ejemplo es el Partido Popular, que demandó una ordenanza de convivencia que facilite a la policía intervenir para combatir la actividad de los aparcacoches. Sin embargo, por el momento no ha prosperado.

«Todo o mundo debe denunciar e deixar constancia do sucedido»

Trabajadores y pacientes del HULA piden a los afectados por la actividad que desarrollan los gorrillas en las inmediaciones del hospital lucense que denuncien. «Todos deben facelo, hai que deixar constancia do que leva acontecendo moitos anos. Non podemos seguir calando», dice una afectada, que añade también que por el bien de todos nadie debería darle dinero a los gorrillas: «Se piden e ven que ninguén lles da nada, chegará un punto no que terán que marchar de aquí», relata.

Las soluciones, para otros afectados, pasan por la colocación de cámaras de videovigilancia en determinadas zonas en las que está permitido, como puede ser el leiraparking, o porque haya personal de seguridad controlando diariamente el recinto del aparcamiento.

Con las primeras tres quejas ya presentadas ante la Valedora do Pobo, los afectados esperan que pronto se tomen medidas y que se desarrolle una ordenanza eficaz que a su vez permita normalizar la situación que hay el aparcamiento del centro sanitario lucense.

Sin señales de tráfico que regulen la velocidad en las inmediaciones del hospital lucense

La presencia de los gorrillas desata también las quejas de algunos usuarios que alertan de la peligrosidad que supone que caminen por la carretera cuando aún es de noche o acaba de amanecer. Algunos, se temen un accidente o una desgracia cualquier día y otros denuncian que no hay señales de tráfico que regulen la velocidad en el entorno del hospital lucense. «Algunos coches van muy largados y los frenazos en los pasos de peatones, en los que tampoco hay bandas rugosas, son lo habitual día tras día», denuncia un sanitario, que también explica que muchas veces son las personas más mayores las que más perjudicadas resultan puesto que su ritmo es más pausado: «Van despacito y algunos conductores, que van con prisa para buscar aparcamiento cuanto antes porque a lo mejor llegan tarde a su cita en el hospital, frenan de golpe y los asustan. Además, vuelven a arrancar cuando ni tan siquiera han acabado de cruzar», relata este trabajador del HULA.