El himno gallego, a spray en Fontiñas

LUGO

Grafiti de Concepto Circo en la pared del ascensor de Fontiñas
Grafiti de Concepto Circo en la pared del ascensor de Fontiñas OSCAR CELA

Concepto Circo homenajea a los autores Eduardo Pondal, izquierda, y Pascual Veiga

13 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Coloreas una cosa y le das otro enfoque, le das a un muro una calidez que no tenía, un mensaje que no tenía, estás haciendo que la gente lo mire». Eso es lo que ocurre cuando Concepto Circo se hace cargo de una pared y eso es lo que ha ocurrido con la que se extiende detrás del ascensor de Fontiñas. Manu Pallín explica así el trabajo que realiza con Marcos Pereira de manera profesional desde 2007. En solo unos días terminarán el homenaje al autor del himno gallego, Eduardo Pondal, y al compositor de su música, Pascual Veiga, y será uno de los grafitis de mayor dimensión de toda la ciudad.

El encargo partió de la concellería de Cultura y, como marca el protocolo de este dúo de artistas, su trabajo comenzó con una propuesta sobre el papel. Al comprobar que las imágenes de Pondal y Veiga eran muy antiguas apostaron por traérselos al siglo XXI. «Las fotos que teníamos de ellos eran en blanco y negro. Ahora, pintando, quedaba un fondo muy colorista, con unas fotos ahí encima... Entonces decidimos hacer algo más moderno», explica una de las mitades de Concepto Circo.

Grafiti de Concepto Circo en la pared del ascensor de Fontiñas
Grafiti de Concepto Circo en la pared del ascensor de Fontiñas OSCAR CELA

Los viandantes se detienen y los conductores aprovechan el paso de peatones situado justo en frente del ascensor para admirar esa combinación premeditada de azules y amarillos. La voluntad de impactar parece lograda.

«La improvisación existe, pero en un rango menor»

«Hay trabajo detrás, nunca llegamos a una pared y... ¡Vamos a jugar! Los deberes siempre están hechos», advierte Pallín, quien reconoce que la improvisación existe en trabajos de estas dimensiones, aunque «en un rango menor».

No sabe si podrá «reconciliar» a la ciudadanía con la cultura del grafiti, pero sí cree que puede lograr que se replanteen ciertas opiniones. Pintar en la calle lo expone a ellas y, sin juzgarlas, etiqueta como «variables» las impresiones que recibe. «Es un choque. No es lo mismo en una persona de 15 años que en una persona de 80 que lleva toda la vida pasando por esta zona. Es mucho más fuerte el choque para esta persona, no por nada, pero en su día a día le has trastocado este paseo», razona Manu Pallín, cuya pintura junto a su socio Marcos Pereira pasará a formar parte del barrio y quedará ligada a este tramo que conecta Fontiñas con su vecina de arriba, la calle Primavera.

Trasiego

El tamaño del mural es tan grande que ha requerido un trasiego constante para chequear las proporciones y los matices. «Una persona que pinta un lienzo de tamaño medio o un folio tiene todo delante de su campo de visión, pero en el 90% de este tipo de obras somos una parte muy pequeña y nos hemos adaptado a hacer movimientos muy singulares para hacer esos trazados tan sumamente grandes», explica Pallín, que desde unos metros de distancia recomendaba a su compañero subir o bajar una línea «dos o tres botes», en referencia al tamaño de los aerosoles que emplean.

Solo falta reproducir en cada escalón un verso del poema de Pondal para que el mural esté listo y ellos preparados para colorear más muros «invisibles» localizados a propuesta del Concello.