Villamide se califica como una persona concienzuda en la manera de preparar los proyectos pero luego más caótica en la ejecución. Incluso, reconoce que ha llegado un punto que le gusta, cuando moldea un material, que queden imperfecciones, ralladuras o marcas.
El 80 % de su producción se ha centrado en el territorio y la naturaleza, por lo que las muestras de Burgos y CGAC son una continuidad estética de exposición que marcó un antes y después en su carrera, la retrospectiva del Museo Provincial en el 2017. Para Villamide la naturaleza lo es todo y quiere transmitir en sus obras la transformación que hace el ser humano de ella, «adaptándoa aos nosos gustos e necesidades, porque lle temos medo, pero á vez queremos dominala, domesticala, urbanizar a natureza, acudir a ela con actitude de dominguero, pero non a vemos nin a sentimos». De ahí el título de la muestra, ese modo paisaje que aparece de forma automática en las cámaras de fotos: «Parece unha mensaxe radical, pero creo que todos somos partícipes do que acontece ao noso redor e sempre botamos a culpa aos demais e cada un, na nosa parcela, estamos a modificar a paisaxe e a natureza», reflexiona el artista.