Los dos principales partidos -que aspiran a repartirse los cuatro diputados y los cuatro senadores por la provincia- tuvieron, por sorpresa, momentos convulsos en la confección de las listas. Desde el PSOE parecía todo en calma cuando se dijo desde la dirección nacional que no habría cambios, pero el movimiento de Sonsoles López, en favor de Javier Cerqueiro, y la renuncia de la exdiputada, fiel al anterior jefe provincial, reabrió las heridas socialistas en la provincia y cuyas consecuencias se podrán medir ya el 10 de noviembre. Por su parte, en las filas del PP no fue tan sencillo como se preveía. Hubo debates internos sobre la conveniencia o no de presentar a algún candidato que obtuvo su acta el 28 de abril, pero finalmente se decidió no cambiar para evitar un cisma, precisamente en un momento en el que parece que el PP está en claro ascenso y a un año de las autonómicas. En ese contexto, la recuperación de Enrique Rozas, aunque sea como suplente en el Senado, ha sido tomada como positiva. Se trata de una apuesta de la presidenta, Elena Candia, con el fin de integrar a una persona que forma parte de las ejecutivas local y provincial.