La toma de posesión del nuevo presidente de la Diputación estuvo plagada de cargos socialistas, desde el delegado del gobierno en Galicia al secretario general Gonzalo Caballero
19 jul 2019 . Actualizado a las 16:28 h.La Diputación de Lugo ya tiene nuevo presidente. José Tomé asumió ayer el cargo con el respaldo de su partido y del BNG en un acto repleto de protocolo y solemnidad en el que el alcalde de Monforte estuvo además arropado por la plana mayor del PSOE en Galicia.
El secretario de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero; el delegado del gobierno en Galicia, Javier Losada; la subdelegada del gobierno en Lugo, Isabel Rodríguez; la alcaldesa, Lara Méndez; el secretario de organización de los socialistas lucenses, José Antonio Quiroga; varios alcaldes, la diputada Ana Prieto o el expresidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro... Todos cerraron filas con el nuevo presidente en una jornada importante para los socialistas, que ven así reforzada su posición en la provincia en vísperas de un nuevo año electoral que se prevé intenso.
Entre el público también se encontraba la parlamentaria Patricia Otero, que compartió sala con el alcalde de Castroverde y diputado José María Arias. Ambos son candidatos a la secretaría provincial socialista -hasta hace poco liderada por Álvaro Santos, una de las ausencias de ayer- y en los últimos días los dos se situaron bajo el foco mediático. El miércoles Arias acusó a Quiroga de falta de neutralidad en el proceso de primarias al apostar por la candidatura de su contrincante, aunque ayer moderó el discurso, tendió puentes y ofreció a la propia Otero integrarse en un equipo conjunto. Una polémica a la que el PP de Elena Candia ya sacó punta pidiendo al PSOE que no utilice la diputación como moneda de cambio con prácticas clientelares.
Más allá de las filas socialistas, las nuevas caras del BNG también se dejaron ver en el plenario de San Marcos, con Rubén Arroxo, teniente de alcalde de la ciudad, a la cabeza. Los tres diputados nacionalistas, Maite Ferreiro, Mónica Rancaño y Efrén Castro, protagonizaron una de las anécdotas del mediodía al prometer «por imperativo legal» el cargo. En el primer día de nuevo gobierno se percibió buena sintonía entre Tomé y su vicepresidenta.
Tranquilidad y honestidad
Con ilusión y con ganas de recuperar la tranquilidad para la institución. Así afronta José Tomé su mandato como presidente de la Diputación de Lugo. En su discurso de investidura incidió en la necesidad de devolver a la institución «a tranquilidade e a normalidade institucional a esta casa, que necesariamente ten que ser noticia polas políticas que sexamos capaces de levar a cabo, e non por ningunha outra cuestión que escape do interese xeral».
Mejorar las condiciones socioeconómicas, medioambientales y culturales de todos los lucenses es el reto que persigue Tomé, que intentará que la Diputación sirva como «garante da cohesión social e territorial da provincia». Aspira a contribuir a la igualdad de oportunidades y para ello ve imprescindible impulsar el desarrollo de la provincia combatiendo uno de sus grandes males, «a caída demográfica e o envellecemento da poboación».
«Para avanzar na cohesión social e territorial, e tamén na igualdade de oportunidades, seguiremos reforzando a asistencia e a cooperación cos Concellos a través do traballo en rede co fin de proporcionarlles de maneira equitativa e axeitada ás súas necesidades e características» los recursos necesarios.
Tomé se comprometió a trabajar para acabar con la brecha digital, a intentar aprovechar la biodiversidad y riqueza de la provincia y a colaborar con Concellos y Universidade. También a ser leales pero firmes ante otras administraciones. «Só penso no mellor para a provincia de Lugo, para os nosos 331.327 veciños e veciñas e no mellor para Galicia». Y es que tiene claro que «a Deputación vai ser o concello dos concellos». «Ata agora era o candidato do Partido Socialista, a partir de hoxe serei o presidente de todas e todos os lucenses».