Dacios y vikingos se alían con los castrexos

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

Bárbaros llegados desde orillas del Danubio generaron expectación con la recreación de sus batallas

15 jun 2019 . Actualizado a las 22:26 h.

A 3.500 kilómetros de Lucus Augusti, en Rumanía, se encuentra un territorio llamado Dacia que hace cerca de dos milenios, allá por el año 107, fue conquistado por los romanos. Pero el espíritu de aquellos dacios pervive y ayer se pudo ver el coraje con el que habían combatido en tiempos contra a los romanos. Al fondo de la Praza Maior, frente al templo de las vestales y rodeados de cientos de espectadores, un grupo de recios dacios se enfrentó a una patrulla de romanos. Ganaron el primer asalto, pero en el segundo cayeron a manos de las tropas del emperador.

Esos guerreros nacidos cerca del Danubio para los que muchos espectadores pidieron clemencia en Lucus Augusti, están liderados por Kastor y pertenecen a la Asociación Cultural Geto Dacii de Moldavia, un colectivo que intenta recuperar y mantener viva la historia de sus antepasados, llevándola además por toda Europa. «Hace dos años nos encontramos a los chicos de la Cohors III en un gran festival en Rumanía, Alba Iulia, y nos invitaron a venir aquí. Hace unas semanas volvimos a encontrarnos en Alemania con el centurión Carlos, luchamos juntos y acordamos venir», desvela el jefe de los dacios. Kastor es un tipo grande, barbudo, tocado con un casco con cabeza de pájaro, una coraza dorada y un arma con media forma de hoz fiel réplica de las antiguas, al que acompañan sus compañeros de batallas e historia. Todos coinciden en estar maravillados con lo que están descubriendo en Lucus Augusti. «Es increíble, hemos estado en varios campamentos y todo es impresionante, sobre todo la implicación de la gente», concede Robert, uno de los lugartenientes de Kastor. Está deseoso de contarle a sus compañeros en Rumanía cómo se vive en Lucus Augusti el viaje al pasado y regresar el próximo aoñ. Él, con sus armas y su cuerno -y con cierto aire con uno de los salvajes de Juego de Tronos-, disfruta como un niño recreando la historia y los combates y pone el acento en el mimo con el que cuidan cada detalle en cuanto a recreación. «Con que un 5 % de la gente vea lo que intentamos contarles de nuestra historia, estaremos satisfechos».

Pero los bárbaros llegados de Dacia no fueron la única ayuda que los castrexos tuvieron en su lucha contra las huestes romanas. También combatientes de ascendencia vikinga llegados desde Gran Bretaña se sumaron a su causa.

Óscar Cela

De Cambridge a la castra

Tom y Matt son dos británicos de cerca de North Cambridge al que su amigo Marcos, un lucense que vive en Inglaterra, ha mostrado el camino del Arde Lucus. En su país también pertenecen a colectivos de recreación histórica y estos días han decidido reforzar las filas castrexas mostrando su destreza en la lucha.

Ellos se forjaron en la recreación de los duelos entre vikingos, sajones y normandos, y tras haber batallado en Hastings, ahora viajan todavía más atrás en el tiempo para hacerlo en Lucus Augusti. «Estamos disfrutando mucho», conceden los dos británicos, con sus atuendos cosidos por sus propias manos a unos pasos de la castra, el lugar en el que están sus hermanos de batalla. Los castrexos no están solos. Dacios y vikingos están con ellos.