El castro perfecto para explotar el oro

Suso Varela Pérez
Suso Varela LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

La Xunta inicia el proceso para que el asentamiento y las minas de Santa María, en Cervantes, sean declarados BIC

21 dic 2018 . Actualizado a las 14:29 h.

El castro de Santa María, en Cervantes, es un yacimiento poco conocido por el gran público pero una joya para los arqueólogos e historiadores ya que las sucesivas excavaciones que se realizaron en este lugar del corazón de Os Ancares han puesto de relieve cómo fue el proceso de la romanización de la cultura castrexa.

El valor de este castro y de las minas romanas de Viña da Moura y Ribadón, además de la iglesia parroquial, la casa rectoral y la Cea do Río, están salvaguardados por la máxima figura de protección ya que la Xunta publicó ayer en el DOG el inicio del procedimiento para declarar el castro como BIC. Comienza un plazo de un mes para presentar alegaciones, pero la Xunta ya deja claro que este paso ya supone, aunque sea de manera provisional, la máxima protección legal. La Xunta toma esta decisión tras recibir los informes favorables de la Comisión Territorial de Lugo, el Consello da Cultura Galega y la Real Academia Galega de Belas Artes de Nosa Señora do Rosario, aunque solicitaron algunas correcciones y ampliar la zona de respeto para superar el límite del río Quindous.

La superficie que ocupa la zona arqueológica es de 56.615 metros cuadrados y la de su entorno de protección de 566.385 metros cuadrados. Las parcelas que comprenden la superficie del asentamiento fueron en su mayor parte adquiridas por el Concello de Cervantes con la intención de poner en valor todo el conjunto.

De esta forma, Santa María pasará a convertirse en el tercer castro BIC de la provincia de Lugo, tras Viladonga y Fazouro. La resolución de la Consellería de Cultura señala que el yacimiento de Cervantes «achega moitos datos sobre a investigación do fenómeno castrexo no período de transición das culturas prerromanas ao mundo romano, xa que están asociados ao proceso de integración das poboacións locais na complexa dinámica organizada polo Imperio Romano, que explotaba os xacementos auríferos do río Navia e os seus afluentes, entre eles o río Quindous».

Nuevo poblado

El informe de Cultura muestra la importancia de este castro como ejemplo de asentamiento castrexo y romano para explotar el oro de las minas a cielo abierto con red hidráulica formada por canales. La hipótesis es que se trata de un poblado de nueva planta en el que casi todas las cabañas de construyeron de forma contemporánea, como se pudo demostrar con la planificación de las cabañas. Fueron excavadas 25, de las que 16 están completas.

Las cabañas se construyeron teniendo en cuenta la canalización y evacuación del agua, además de acondicionar dos entradas a la vivienda a diferentes alturas, aunque casi siempre se entraba por el nivel más alto que el de la calle para evitar humedades. En los pisos inferiores se construía el hogar y en algunos casos aparecieron restos de bancos corridos y lareira. En algunos se documentó braseros y un horno en un hueco de los muros. El espesor de las viviendas era entre los 50 y los 50 centímetros y la altura sobre los 4,5 metros. El techo de las cabañas era de paja sobre un armazón de vigas de madera.

Sin ganado

El mejor ejemplo de que el castro de Santa María se usó para la extracción del oro es que no se encontró ningún espacio para el uso de zona auxiliar de trabajo, como almacén o anexo para labores de ganadería o agricultura, «como adoita a ocorrer nos poboados prerromanos excavados en zonas próximas, o que reflicte que estes non se realizaban, xa que a ocupación principal dos habitantes do castro era o traballo na mina».

Con la declaración BIC del castro y de todo el entorno parroquial y etnográfico, la Xunta destaca que es un ejemplo de conjunto arqueológico con un ámbito cronológico «sorprendentemente longo, desde o século I d.C ata a actualidade».