Reverendo cura Mato

Antón Grande TRIBUNA

LUGO

OSCAR CELA

06 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Al cura Xesús Mato, al que aprecio desde ni me acuerdo y al que respetuosamente llamo -no podía ser de otra manera de un ex alumno marista- querido reverendo, un grupo de sus fans y por lo tanto amigos entre los que me encuentro, demandamos que se le conceda la Medalla Castelao aunque no estoy muy seguro que ello conlleve un alabar a Dios, ya que de un clérigo hablamos, pues esa chapa que dan los prebostes de la Xunta de Galicia a sus elegidos, que en teoría va destinada a aquellos gallegos «bós e xenerosos» en la práctica no parece tal pues viendo al personal al que se le concedió anteriormente, de algunos no se puede decir que sean buenos y mucho menos, generosos.

Desde luego que Xesús Mato sobrepasa el nivel de una gran parte de ellos, y con mucho. Un cura con el que nunca recé un padrenuestro -mea culpa- con el que hablé del mundo, que ya es hablar, que fundó con otros amigos músicos uno de los grupos musicales gallegos, «Fuxan os Ventos», más conocidos en España; que se fue de cura rural a la alta montaña luguesa cuando tenía merecimientos de sobra para ser canónigo; que ayudó a fundar Auxilia y luego trabajó duramente con sus miembros a favor de los minusválidos.

Mato dirigió un coro y sobre todo, su mayor mérito es que es una gran persona. Creo que se merece la medalla Castelao, que seguro que luce mucho encima del televisor aunque para algunas de las mentes obtusas que nos gobierna, el problema radica en que es un cura rojo. Por Dios, que no se lo tengan en cuenta y que por una vez en la vida, los regidores de la Xunta obren como los antiguos romanos y den a Dios lo que es de Dios, y al César, lo que es del César. Así sea.