«Tres anuncios a las afueras»: Chistes entre la ira y el dolor
LUGO
2017 • EE.UU. • Martin McDonagh • Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell • El director y dramaturgo Martin McDonagh señaló en entrevistas dos claves para entender esta película tan premiada y aclamada por la crítica. Una se refiere a sus gustos personales, más cercanos a Tarantino que a Shakespeare, a pesar de ser inglés. La otra, que con «Tres anuncios en las afueras» pretendía sorprender.
Cuando un artista pone sobre la mesa sus cartas y, además, decide hacer una película pensando en una protagonista como Frances McDormand (con todo lo que ello lleva en concreto, véase «Fargo») se expone a que se le enjuicie por sus pretensiones más que por sus intenciones. Y para el que esto escribe, su afamada última película se queda en las afueras, en la superficie de una sociedad rural norteamericana paleta y que vive enclaustrada en la ira y en un conservadurismo que ha llevado a Trump (no se cita) a ganar las elecciones.
La mayor pega que se le puede achacar a esta, todo hay que decirlo, buena película es su intento por convertir en comedia negra un drama familiar en toda regla. No se trata de retratar una «madre coraje» buscando justicia por la violación y asesinato de su hija, pero tampoco de convertir en chistes fáciles lo que debería ser dolor. Al final, uno sale de la sala pensando que el asesinato era un simple «macguffin». No me convence. Me quedo, por ejemplo, con una joya con temas similar como «Lone star» (John Sayles, 1996)