Un paso más para descubrir qué fue Bóveda

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

Se cumplen 90 años de las primeras excavaciones hechas en el monumento y el último estudio aporta otro paso en la evolución de las interpretaciones del templo.
Se cumplen 90 años de las primeras excavaciones hechas en el monumento y el último estudio aporta otro paso en la evolución de las interpretaciones del templo. suso varela< / span>

La nueva tesis de un templo funerario en honor a Dioniso supone un avance en su centenaria interpretación

25 nov 2016 . Actualizado a las 12:52 h.

El investigador Enrique Montenegro acaba de aportar un nuevo avance en la interpretación sobre el uso original del monumento más enigmático de Galicia, Santa Eulalia de Bóveda. Tras casi 15 años de estudios, presentó la primera tesis doctoral sobre el templo (en el 2001 Lorena Vidal Caeiro realizó una tesina de licenciatura) y como principal conclusión, tras analizar todas las interpretaciones desde su aparición en 1914, es que se trata de un edificio funerario en honor al dios Dioniso, basado, principalmente, en los elementos pictóricos y sus semejanzas a otros templos romanos de la época. Un paso más en una trayectoria que se fue perfilando con las décadas.

primeras hipótesis

Real Academia Galega. No es hasta 1926 cuando se hacen las primeras excavaciones. Reseña Montenegro que la hipótesis inicial de los investigadores de la academia establecen que se trata de un templo de los inicios del cristianismo. Aun así, en los primeros artículos ya dejan claras las dos corrientes interpretativas, la de que se trata de un edificio pagano y la de que fue un templo cristiano.

templo cristiano

Luis López-Martí. El responsable de las excavaciones publica una monografía en 1934 donde identifica el templo como romano por las paredes de hormigón, la bóveda estructurada en arcos, arcos de entrada y triunfal, así como la sobriedad de los capiteles de las columnas. Además, habla se semejanzas con iglesias cristianas del siglo IV, con representaciones de aves y flores. A esta tesis cristiana se sumaron varios autores a lo largo de las décadas.

Jacques Fontaine en los 70 vincula la decoración, explica Montenegro, con un ninfeo «de claro sincretismo hispanorromano», pero que fue cristianizado al poco tiempo de levantarse, algo que también defendió Narciso Peinado. Francisco Singul analizó en dos artículos que la iconografía relevaba un mensaje cristiano de carácter eucarístico y lo vincula con la influencia del Priscilianismo galaico. Que en Bóveda fue enterrado Prisciliano fue la tesis que defendió en 1970 Celestino Fernández de la Vega, aunque apuntó otra idea extendida, su origen fue un recinto termal. Y Montenegro señala que la última aportación a la hipótesis cristiana la hizo la propia Vidal Caeiro, aunque considera su interpretación como «inadecuada», llegando a proponer que la piscina o estanque fue una invención de Chamoso Lamas.

predominio pagano

Ángel del Castillo López. A inicios de los años 30 atribuye Bóveda a un templo consagrado a las ninfas por el manantial de agua saludable. Poco después Manuel Vázquez Seijas también se sumó a esta opinión. Manuel Gómez, que participó en las excavaciones, ofreció en 1949 un avance interpretativo al definir que las características arquitectónicas y los materiales son romanos con influencias claras del mundo oriental, pero a la hora de discernir la funcionalidad del monumento optó claramente, explica Montenegro, por priorizar la opción de un ninfeo.

Manuel Chamoso Lamas dio otro paso al ser el descubridor de la piscina, lo que ratificaría el uso pagano del templo, vinculado a un ninfeo. Asume una segunda fase cristiana, adaptando su planta a una iglesia «muy primitiva». Nicandro Ares también aportó otro paso, al interpretar el mundo simbólico de la decoración, hasta concluir que fue un centro para la salud o culto a las aguas. Felipe Arias también defendió la tesis de un centro salutífero frente a la versión de un ninfeo, y señaló que la arquitectura, la pintura y la escultura formaban una sola unidad construida en el siglo IV.

A finales de los años setenta Arias ofrece otra aportación analizando la epigrafía y defiende una temática funeraria, algo que luego secundaría Nicandro Ares. Jaime Delgado también retomó la opción funeraria, desvinculando la relación de la piscina con el ninfeo para supeditar el agua como un elemento propio de los ritos funerarios romanos.

schlunk y colmenero

Dos aportaciones singulares. Para Montenegro, el investigador alemán, en un artículo de 1935, dio en la clave al definirlo como un monumento funerario, similar a otros que aparecieron en el Mediterráneo oriental. Cree que su divulgación fue escasa debido a su publicación en alemán, pero su estudio lo considera capital, a pesar de que cuando apareció la piscina asumió la tesis de Chamoso Lamas de que fue un santuario de una fuente medicinal. Otra aportación detallada fue la de Antonio Rodríguez Colmenero, «que con entusiasmo le cambió la orientación al monumento y pasó a ser un templo de rito oriental, con un culto a Isis o a Serapis». El catedrático de la USC encontró semejanzas entre Bóveda y santuarios dedicados a divinidades egipcias. Ya en el siglo IV tuvo una etapa cristiana, con referencias a ceremonias bautismales.