Jorge de Vivero reclama la propiedad de la torre de Torés

Marta de Dios Crespo
Marta de Dios LUGO / LA VOZ

AS NOGAIS

ALBERTO LÓPEZ

Junto a su hermana y su primo, nietos de Antonino Pérez Castrillón, buscan las escrituras del monumento

25 oct 2014 . Actualizado a las 05:02 h.

«Se alguén lle pregunta a algún veciño de quen é a torre de Torés, respostará que era de Antonino Pérez Castrillón», asegura uno de sus nietos, el profesor Jorge de Vivero. Junto a su hermana y a uno de sus primos, buscan algún documento que los acredite como propietarios del monumento ubicado en As Nogais. A pesar de reconocer que no tienen ningún papel que lo demuestre, en su familia siempre pensaron que Torés podría ser suyo.

«Hai moitas referencias que sitúan ao meu avó como o último propietario», comenta Jorge, que apunta que tiene que buscar en el Archivo Provincial si se conserva la escritura. Menciona un libro de José Barreiro, una publicación que hace un recorrido histórico por los diferentes propietarios de la torre, «digamos que a lista remata no meu avó», añade. Aunque no tienen prisa en realizar las gestiones, esta familia sí tiene curiosidad, «a casa de Medinaceli ten a pertenencia histórica, pero esa non é necesariamente a propiedade real», comenta. Hace tiempo vendieron los prados colindantes con la torre, de los que sí guardaban documentación, pero nunca apareció nada relativo al monumento, que supuestamente es de su abuelo.

Hace algo más de un año y medio, la casa de Medinaceli cedió los usos del castillo de Torés al Concello de As Nogais, por un plazo de 25 años. Desde la firma de ese convenio, el Gobierno local se encarga de garantizar su conservación y también de su promoción a nivel turístico.

La historia de la torre

«Levantada sobre un castro romanizado, a torre de Torés era unha construción defensiva que derivou en castelo», apunta el investigador lucense Luis López Pombo, que data los orígenes de la torre en la segunda mitad del siglo XIV. En la época de la alta Edad Media, el solar donde ahora está la torre fue propiedad de una de las familias con más solera de Galicia, los Bolaño Rivadeneira. López Pombo también explica que en sus épocas de máximo esplendor la propiedad de Torés -ya en manos de los Medinaceli- llegó a tener renteros de 22 parroquias diferentes.

En 1752 Torés queda deshabitada y se deja encargada de su administración a la familia de Manuel Pardo. Ese podría haber sido el punto en el que se dispersó la propiedad de este monumento de As Nogais.

En cualquier caso, y desde la firma del convenio con la casa Medinaceli, las tareas de conservación llevadas a cabo por el gobierno local -encabezado por Jesús Núñez (PP)- han recuperado esta torre, que hace apenas dos años lucía un aspecto de abandono con abundante vegetación trepando por el inmueble.

A día de hoy, la torre de Torés es uno de los ejemplos de conservación del patrimonio en la comarca. Algo similar a lo que se ha hecho con este inmueble pretende hacerse con la torre de Doncos, también en el municipio de As Nogais.