«A actualización da ordenanza haberá que estudala unha vez que estea aprobada a lei galega do taxi; non ten sentido revisala antes»
Fidel Rodríguez López
El apoderado de Ángel del Cabo, propietario de la empresa, regresó de nuevo al Gran Hotel para entregar cinco cartas de despido. En esta ocasión los afectados son empleados de Seralsa, la empresa que se encarga del restaurante y de la cafetería. Hace unos días le tocó a Proalsa, la del alojamiento, con nueve cartas más.
En las comunicaciones Seralsa argumenta causas objetivas para prescindir de los cinco operarios. Añade la coletilla de que la situación de la empresa no permite entregar las indemnizaciones por despido.
Los trabajadores, según fuentes de la CIG, anunciaron que presentarán una demanda oponiéndose a los despidos, al igual que ya hicieron los compañeros de Proalsa.
Todos los indicios apuntan a que el restaurante que funciona para los clientes que no están alojados en el hotel, dejara de hacerlo. Mantendrán, sin embargo, el servicio de comidas y desayunos para los huéspedes.
El Gran Hotel arrastra problemas desde hace ya tiempo, agravados con el ingreso en prisión del propietario, Ángel del Cabo, encarcelado en el contexto de la operación Crucero. Lo detuvieron junto al ex presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.
Recientemente el empresario Jesús Lence, accionista minoritario del Gran Hotel y uno de los socios fundadores, anunció que en la próxima presentación de las cuentas exigirá explicaciones a Del Cabo sobre la situación económica del establecimiento. Lence quiere saber las razones por las que la empresa está en una situación tan comprometida.