La autovía a Santiago tiene fondos hasta el 2016, mientras que la de Ourense consolida su situación de paralización
04 abr 2012 . Actualizado a las 07:04 h.Los recortes en los presupuestos que presentó ayer el Gobierno en el Congreso también se han dejado notar en las inversiones previstas en la provincia para este año. Solo la A-8, la Autovía del Cantábrico, se lleva el gran pellizco inversor del Ministerio de Fomento en la provincia. Hasta casi 60 millones de euros se consigan para dar un impulso a una autovía que podría estar terminada en el 2013, aunque dependerá de cómo evolucionen las obras del tramo más complejo, el Mondoñedo-Lindín, 4,7 kilómetros que en dos anualidades consumen más de 52 millones de euros, 26 por año.
Las autovías del interior sufren más retrasos de los que llevaban desde la replanificación que ejecutó en el 2010 el Gobierno de Zapatero. Así, hay partidas para la A-54 a Santiago, pero como mucho habrá un tramo abierto el próximo año, el de Monte de Meda-Vilamoure. José Blanco había dicho que si seguía como ministro abrirían dos tramos este mismo año. Además, los plazos para finalizar esta obra se alargan hasta, como mínimo, el 2016. El grueso de las inversiones para esta autovía se centran en anualidades del 2014 y 2015, como los 30 millones que se comprometen para el tramo Arzúa-Lavacolla. La otra autovía interior, la de Ourense, se paraliza por completo. Solo se asignan 2,5 millones para acabar el único tramo en obras, en A Barrela (Carballedo).
Sobre las inversiones en ferrocarril sigue habiendo muchas promesas pero pocas concreciones. La alta velocidad en Lugo no será una realidad hasta dentro de un lustro, como mínimo.
En varias partidas de Fomento se consignan las mismas cantidades que en años anteriores, con lo cual ni se gastaron antes del 2011 ni presumiblemente se gastarán este año.
Es la inversión prevista hasta el 2016 en las estaciones de alta velocidad
2,5
Millones de euros