Sal de pullas y pimienta de citas para dos horas y media de pleno en Vilalba

x.m.p. vilalba / la voz

LUGO

02 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde el punto de vista aritmético, el PP puede ganar las votaciones en los plenos de Vilalba porque incluso le sobraría un concejal para mantener la mayoría absoluta. Desde el punto de vista dialéctico, las sesiones plenarias demuestran que la oposición reparte más el juego entre sus miembros: por ejemplo, en el pleno de anteanoche llegaron a intervenir los cuatro concejales del PSOE -faltaba Xosé Teixeiro-.

En el BNG solo habló Tereixa Burgo, aunque su compañero, Xosé Manuel Santamariña, defendió alguna iniciativa en otros plenos. Por parte del PP, el alcalde, Gerardo Criado, y el concejal Agustín Baamonde, curtido en las batallas dialécticas de la Diputación y del Parlamento gallego además de la experiencia como regidor, dieron la réplica mientras el resto del grupo no tuvo ni una sola intervención en un pleno que duró dos horas y media.

El PSOE parece haber encontrado en la economía un flanco de ataque. Así, hizo preguntas sobre pagos a la empresa Sanmartín, y defendió que los reparos de la secretaria y de la interventora a la legalidad de algunos pagos no se levantasen antes de informar al pleno. Criado censuró al PSOE que lanzase «fume», lo que motivó la réplica del portavoz, Eduardo Vidal: «A oposición que fai o Partido Socialista a decide o Partido Socialista», dijo.

Vidal enumeró una serie de operaciones sometidas a esos reparos, mientras que la réplica del alcalde fue concisa: «Por la boca muere el pez», afirmó.

Incluso la moción de rechazo a la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), presentada por el BNG, generó alusiones de lo más variado. El socialista Luis Fernández dijo que el PP tenía que subir impuestos para tapar su «nefasta» gestión económica, invocó la socialdemocracia como receta de futuro, y hasta citó a Barack Obama como modelo a seguir. Baamonde usó un argumento que ya citó más de una vez, la pendiente reforma de la financiación municipal, y Burgo, cuyo grupo a fin de cuentas era el que había generado el debate al presentar la moción, animó a coger ese toro «polos cornos». La moción se acabó votando por puntos, con unanimidad en alguno de ellos.