El turismo de Rafa López, objeto de bromas en el Azkar, se quedó en Córdoba
18 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Entre el colectivo de vehículos en los que los jugadores del Azkar se desplazan a los entrenamientos, desde diciembre falta el más emblemático. La furgoneta de Rafa López ya no ocupa un lugar en el parque móvil de la plantilla de los de O Ceao. Objeto de bromas por parte de sus compañeros, la «Berlingo blanca», como era conocida en el vestuario de los lucenses, no regresó de Córdoba tras el parón navideño.
Los protagonistas del último viaje de la furgoneta fueron Rafa López, Matamoros y Miguel. Acerca de este último, el jugador andaluz asegura que «disfrutó mucho de la experiencia, pero llegó reventado a Córdoba. No sabíamos si tenía pies cuando concluimos el trayecto».
La «Berlingo blanca» realizó el recorrido entre Córdoba y Lugo en cuatro ocasiones. «Subirse a ella para cubrir esas distancias se convertía en una odisea», afirma Rafa López. «Había que achucharle, porque en las cuestas pronunciadas no pasaba de ochenta», añade.
Después de su último viaje, la furgoneta permaneció en Andalucía. «Ya estaba pidiendo una tregua. Cuando veía una zona de descanso en la autopista, pedía que la parasen para tomarse un respiro», bromea el jugador del Azkar.
En medio de algunos turismos llamativos, la furgoneta de Rafa López solía llamar la atención de sus compañeros. En el equipo azulón, el automóvil del cordobés «siempre era tema de conversación cuando se hablaba de coches. Su nombre siempre andaba rondando por ahí», según explica el jugador.
Pero él lo llevaba con buen humor: «No me obsesiona tener un Ferrari o cualquier tontería. Soy bastante sencillo y me conformo con cualquier coche. No necesito presumir de nada».
Intransferible
A la hora de ponerse al volante, la furgoneta sólo reconocía a un dueño. Miguel confiesa que completó el trayecto entre Lugo y Córdoba en el asiento del acompañante. Y Rafa López asegura que el vehículo «tiene sus trucos y sus diferencias con respecto a otros coches, por eso la conduje yo. Además, estaba fresco».
El futbolista del Prone siempre ha defendido que su adaptación a Lugo ha sido rápida. Sin embargo, no oculta que el clima se le sigue atravesando: «Estoy acostumbrado a vivir en una zona cálida y aquí se me hace duro el invierno». Eso sí, la furgoneta contaba con aire acondicionado, circunstancia que facilitaba las cosas a Rafa López. «Lo malo es que cuando lo encendías, parecía que ibas en un tractor, con el ruido que hacía», dice.
Y si el jugador del Azkar disfruta como ocupante de su vehículo particular, no le sucede lo mismo en los desplazamientos en el autobús. «Voy muy tranquilito, porque soy de los que se marean», confiesa.
Despedida
Tras eliminar al Lobelle en la Copa del Rey, la furgoneta de Rafa López emprendió por última vez el trayecto entre Lugo y Córdoba. «Cuando llegué a mi pueblo, la pobre se echó a llorar», bromeaa. Ahora, la «Berlingo blanca» ha regresado a manos del padre del jugador. Y, pese a las palizas entre Andalucía y Galicia, sigue en activo. «Todavía no le hemos puesto el cartel de R.I.P.», asevera el futbolista.