El riesgo de ser peatón en Lugo

LUGO

Cuatro atropellos en una misma semana cuestionan la política de tráfico en la capital lucense a las puertas del San Froilán 2010

19 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En Lugo, el peatón es una diana móvil en el tiro al blanco del tráfico rodado. En Lugo cae un peatón cada día mientras el Plan de Movilidad, pagado por el Ayuntamiento, amarillea en algún cajón consistorial y el concejal Rábade , portavoz del gobierno de Orozco , dirige una Policía Local que alcanza su más alto nivel de ineficiencia. En las calles lucenses hubo en la semana que acaba cuatro atropellos, en otros tantos días, y la falta de respuesta municipal sólo es comparable al silencio inexplicable del asociacionismo vecinal. Es un silencio tan atronador como el del colectivo de empresarios de hostelería, a la hora de eludir la colaboración económica en la organización de las fiestas de San Froilán. Tanto como el de la junta local de seguridad mientras se prepara para blindar la ciudad frente a los manteros. No está muy claro a qué se refiere el lema que promueve el Concello: «Os de Lugo somos así».

La Policía Local es una pieza esencial para la organización del tráfico rodado y peatonal. En Lugo, la Policía Local hace tiempo que dejó de ser un cuerpo eficaz, gracias, en gran medida, a la decidida intervención de sucesivos gobiernos municipales y de concejales que tal vez estaban altamente capacitados para ejercer otras tareas. La función del agente no la suplen cámaras ni radares fijos o móviles. Son estos, claro está, instrumentos necesarios, pero precisan del trabajo insustituible del agente local, del uniformado dispuesto a implicarse, a ejercer la autoridad para prevenir situaciones de riesgo y denunciar las infracciones. En Lugo, mientras los agentes acuden a declarar al juzgado por el caso de las multas, los coches invaden las zonas peatonales, estacionan en doble fila y sobre los pasos de peatones. Así, claro, poco importa que el plan de movilidad, redactado por una empresa catalana, siga en el cajón consistorial, y con él las previsiones de peatonalización y fomento del uso de la bicicleta. «La pérfida bicicleta», que dijo el poeta al que quizá acababan de atropellar.

Ya se ve que sí, «Os de Lugo somos así». La institución municipal corre con la cuenta de las fiestas Arde Lucus y San Froilán y los hosteleros hacen caja. La concejala Nuria Mundiña lo tiene claro: «No es el momento para tomar una postura agresiva». Quizá se refiere la joven edila a la crisis económica, o tal vez alude a que este San Froilán que viene es el último antes de las próximas elecciones locales. Al colectivo empresarial que preside José Francisco Real , seguramente, le viene bien cualquiera de las dos opciones. Pero, en fin, todo sea por la tradición: en Lugo, ya se sabe, las fiestas las pagan los industriales feriantes, los pulpeiros y el Concello (todos los contribuyentes). Mientras el gobierno autonómico intenta reducir en un 54% las inversiones de las consellerías, en Lugo sigue la fiesta con cargo a las arcas municipales. La concejala de Economía, Sonia Méndez , quizá no ha leído a Flaubert e ignora su consejo: «No le des al mundo armas contra ti mismo, porque las utilizará». Vienen días en los que quizá se echarán en falta en el campo de la política social los recursos que las instituciones hoy destinan a fiestas. Y Méndez entenderá a Flaubert.

En Lugo, sí, somos así. Por ejemplo como el concejal Licerio López , de Samos, al que, según cuentan las crónicas, le sentó mal, pero que muy mal, tener que cambiar de silla en el salón de plenos. López, destituido como miembro de la junta de gobierno, tuvo que ocupar en el pleno un lugar distinto al que tenía a la izquierda del alcalde. El hombre vivió la imposición de tal medida por parte de la autoridad como una «falta de respecto e de educación». Pasan cosas curiosas. Como lo del agua de Castro de Rei, donde las fugas y los entronques ilegales crean problemas de suministro en el municipio que gobierna Juan José Díaz Valiño .

En Lugo, sí, «somos así», como en cualquier otro lugar. Aunque a la vista de las investigaciones judiciales en marcha pueda parecer que, en algunos aspectos, la ciudad gana terreno: casos de las multas en la Jefatura Provincial de Tráfico y la Policía Local; las sospechas sobre irregularidades en la concesión de carnés a ciudadanos chinos, el caso Carioca y así. Por cierto, la jueza que investiga el asunto de los clubes de alterne igual debe leer la tesis (sobresaliente cun laudem) del sociólogo José Riopedre sobre la prostitución en pisos de la capital lucense. Es una vieja preocupación ésta en la ciudad. En el primer congreso sobre economía gallega, celebrado en Lugo en 1925, una de las conclusiones fue la que sigue: «Se procurará aislar toda mancebía del núcleo de población a que pertenezcan, situándolas en el extrarradio de la misma».

El lema municipal lo dice todo: «Os de Lugo somos así». Los otros también. Hoy como ayer.