La espectacular acción judicial llevada a cabo durante el fin de semana tiene otra cara. Más de medio centenar de mujeres que trabajaban en los clubes Queen, de O Ceao; Volvoreta, de la calle Illas Cíes; Eros, de Garabolos y La Colina, de Robra en Outeiro de Rei, se quedaron en el paro y no por la crisis. Están desde el sábado sin poder trabajar como consecuencia de los precintos impuestos a los establecimientos y a la detención de los responsables de los establecimientos.
Al parecer, alguna de las trabajadoras de la noche consiguió acoplarse a otros clubes. Otras esperan una decisión judicial sobre el futuro de los establecimientos, que va a tardar en producirse. La mayoría, sin embargo, piensan en preparar las maletas para irse a trabajar a otros clubes.
Con todo este follón judicial y con tanta investigación, la noche casi se queda sin mujeres de alterne. De todos modos quedan operativos los de la recta caliente, como así se conoce a la de O Corgo, donde estas últimas noches funcionaron con total normalidad varios locales y, además, con más concurrencia de lo habitual, según comentaron algunos.
También hay crisis
Por cierto, que el sector de los clubes venía ya quejándose de la crisis y también de la prostitución que ejercen las mujeres en pisos particulares. Muchos clientes prefieren esta última opción por ser más discreta.
Los clubs de alterne de Lugo y su provincia son actualidad cíclicamente como consecuencia de las operaciones, más o menos espectaculares, desarrolladas (en un 99% por la Guardia Civil) por las fuerzas y cuerpos de seguridad. Una que alcanzó gran relevancia se produjo hace años en Puebla de San Xulián donde las mujeres denunciaban estar secuestradas en el interior de un piso.
Fue también muy peliculera otra acción llevada a cabo en el Scorpio, ahora Eros. Este establecimiento parece estar abonado a los precintos. El cierre que le impusieron ahora no es el primero porque hace años, los agentes acudieron dado que una de las mujeres llamó por teléfono para dar el chivatazo, pero casi no pudo hablar. Cuando los investigadores llegaron al lugar resulta que la empleada pudo lanzarles por la ventana una chuleta en el que les contaba lo que estaba pasando.
Asimismo son de público dominio algunos enfrentamientos habidos entre empresarios por rencillas y dominio de la noche. En ocasiones hubo incidentes graves con agresiones y hasta con intentos de ocasionar graves daños en los establecimientos, según algunas fuentes.