En autovías, dos mejor que una

La Voz X.M.P. | VILALBA

LUGO

FOTOS: ÓSCAR CELA

En directo | Circulando por la A-8 y por la A-6 El viaje de Lugo a Vilalba, al oeste de Terra Chá y al este de A Coruña se hace con más comodidad por los nuevos tramos de la Transcantábrica

30 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

INICIO. La rotonda de Grandisca, situada en Mourence (Vilalba), permite acceder a la A-8, y será en el futuro el punto de intersección de esta autovía con la que llegará de Ferrol por As Pontes FINAL. La unión de la A-8 con la A-6 está en obras, por lo que un tramo, el último desde Vilalba o el primero desde Baamonde, debe realizarse todavía por la N-634 (Irún-Santiago de Compostela) La autovía del Cantábrico (A-8) ha llegado antes a algunos lugares del interior que a zonas cercanas al mar que le da nombre. Sean cuales sean las causas de la situación, que convierten la vía en una línea discontinua por la alternancia de tramos abiertos y de otros en obras o aún sin comenzar a construirse, una consecuencia está clara: el tráfico se hace más rápido y sobre todo más cómodo y seguro en las zonas en las que ya está en servicio. Así ocurre en el interior de Lugo, ya que dos tramos de la A-8 en Terra Chá, Vilalba-Regovide y Regovide-Abeledo, están en servicio desde el mes pasado. Los dos, sucesivos, están situados entre la capital chairega y Baamonde, en donde la Transcantábrica confluirá con la A-6. Para esa unión habrá que esperar aún varios meses, ya que el tramo del que forma parte ese enlace, Abeledo-Baamonde, está todavía construyéndose. No obstante, los dos tramos chairegos de la A-8 hacen más cómodos y más seguros unos desplazamientos que no tienen por qué limitarse a esta vía. El tráfico que circula de Lugo a Vilalba, a la zona occidental de Terra Chá y de A Mariña e incluso a Ferrol ya puede beneficiarse de esta nueva vía de comunicación. Un viaje de Vilalba a Lugo por la A-8 y por la A-6 supone un desplazamiento de 47 kilómetros. Esa es la distancia que va de la rotonda de Sete Pontes a la salida de la A-6 en A Campiña. El desplazamiento puede hacerse en 28 minutos, que fue el tiempo invertido ayer por la mañana. El itinerario comienza en la LU-861. Tres kilómetros después está la rotonda de Grandisca, en donde empieza la autovía y en donde la A-8 se unirá con otra autovía, la de Ferrol, cuyo último tramo, Cabreiros-Vilalba, aún no está en construcción. El viaje discurre en su mayor parte por autovía, que solo se abandona en Pígara (Guitiriz) para recorrer unos cinco kilómetros que separan esta localidad de Baamonde antes de entrar en la A-6. Queda claro, por tanto, que la alternativa es válida para continuar hacia A Coruña, Santiago o Vigo, pero también para recorrer un trayecto que hasta ahora se hacía por carretera. Rectas y casas Viajando en sentido contrario y tomando como inicio y final los dos lugares antes mencionados, el viaje Lugo-Vilalba por el sistema que resultaba habitual hasta ahora, combinando autovía y carretera, tiene una distancia de 35 kilómetros y se cubre en 26 minutos, como se comprobó también ayer. Se circula por autovía hasta Rábade, en donde se sale de la A-6 para tomar la LU-541, que llega a la capital chairega. En las cercanías de Vilalba, entre Fabilos y Ventorro, se accede a la N-634, de la que se sale poco después para concluir en la rotonda de Sete Pontes, que fue el punto de partida del primer desplazamiento. La autovía tiene un enlace directo con la carretera Rábade-Vilalba, que es de titularidad autonómica y que está a la espera de mejoras. La Consellería de Política Territorial prevé realizar obras de mejora en cruces situados en el punto kilométrico 3,740, en el 5,800 y en el 6,600 -pertenecientes al municipio de Begonte- y en un tramo de 700 metros -comprendido entre los puntos kilométricos 15,600 y 16,300 y situado en el ayuntamiento vilalbés-. Los trabajos van encaminados a dar más seguridad vial a una carretera que ha registrado accidentes graves. Casas cercanas a la carretera, como ocurre en las parroquias begontinas de Saavedra y Damil y en la vilalbesa de Noche, y cruces con poca visibilidad, como se da en la intersección con el acceso a la parroquia de Xoibán (Vilalba), son algunos de los problemas de una vía que tiene, en cambio, firme en buen estado en sus casi 20 kilómetros de trayecto. Si se cumplen las previsiones, este año estará terminado el tramo Abeledo-Baamonde, con lo que la A-6 y la A-8 estarán definitivamente unidas. Los dos tramos de la A-8 valen también para el tráfico que circula por Terra Chá de Asturias hacia A Coruña y Santiago o para el que procede de A Mariña, que en Baamonde puede seguir hacia Lugo y la Meseta o hacia A Coruña. Queda claro que dos autovías, aunque incompletas, hacen más que una.