Obélix pasó por Santaballa

LUGO

En directo | Visita didáctica al museo vilalbés Niños de varias edades conocieron ayer las instalaciones cuya riqueza prehistórica y arqueológica descubrieron en un itinerario adaptado a sus capacidades

04 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Las piedras pueden inspirar curiosidad y hasta respeto, pero no deben suscitar sensación de indiferencia o de lejanía. Algo así puede deducirse de la visita que ayer acogió el Museo de Vilalba, cuyas instalaciones no carecían de animación desde primeras horas de la mañana. Varias decenas de niños, con edades comprendidas entre los cuatro y los diez años, conocieron el centro como una de las actividades organizadas por el campamento de verano que ofrece este año el Concello vilalbés. Varios guías -encabezados por el director, Eduardo Ramil- ofrecieron a los jóvenes una serie de explicaciones sobre el diverso material exhibido y las distintas épocas a las que pertenece. Aunque los visitantes, sobre todo los de menos edad, requerían una visión algo diferente de la que puedan demandar otros asiduos de las salas, el día de ayer les sirvió para conocer períodos como la Edad del Hierro o la del Bronce, para comprobar cómo el sílex sirve efectivamente para cortar materiales como el cuero o la madera y para contemplar fotografías de lugares tan importantes del municipio como el castro de Vixil, situado en la parroquia de Boizán, o la Pedra Chantada, dolmen ubicado en la de Santaballa. Descubrir, aunque fuese en una reproducción, ese monumento megalítico, cuyo origen puede remontarse al 2.500 antes de Cristo, permitió a uno de los guías aventurar, con buen humor, una hipótesis sobre su origen que a los chavales no les resultó desconocida: «É que Obélix pasou por Santaballa», dijo. El tiempo dirá si la prehistoria y la arqueología calan en los jóvenes con igual éxito que las aventuras de Obélix, de su inseparable Astérix y del resto de habitantes de la irreductible gala descrita en las historias de Uderzo y de Goscinny. Lo que sí parece claro es que Ramil encuentra interesantes iniciativas como la de ayer. Al museo, dijo, le interesa abrirse a la sociedad, y para ello nada resulta más conveniente que empezar por el entorno más próximo. Además destacó que itinerarios como el seguido ayer por los jóvenes pueden repetirse, con los matices que la ocasión requiere, en visitas protagonizadas por otros espectadores. Mientras tanto, las actividades prosiguen este verano. Así, para el lunes está fijado el inicio de una excavación simulada, que se celebrará en el patio del edificio y que también va dirigida a un público joven. Los trabajos durarán varios días, y servirán para que el descubrimiento del pasado más remoto atraiga a los vilalbeses del futuro.