Contribución, edificios públicos y erario municipal

La Voz

LUGO

ENRIQUE G. SOUTO EL PULSO DE LA CIUDAD El Concello recomienda al IGVS que recurra los recibos del IBI con los que no esté de acuerdo

09 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

El hombre del abrigo marrón mueve repetidamente la cabeza arriba y abajo, que es tanto como decir sí varias veces, mientras lee el periódico en la barra del bar. Está enfrascado en la información en la que se cuenta que el IGVS se queja, no se sabe muy bien para qué, porque el Ayuntamiento le quiere cobrar la contribución, que en moderno se llama Impuesto de Bienes Inmuebles, por solares y pisos que dice que ya no tiene. A la vista de las abundantes cabezadas arriba y abajo, el observador, aunque no se caracteriza por su perspicacia, llega a la poco fiable conclusión de que el tipo del abrigo comparte la queja del IGVS. -Y su queja, ¿sale en el periódico? No, no sale. Qué va a salir. Sale la del IGVS, que se queja, queda bien con quien tenga que quedar bien -los políticos, ya se sabe, hacen cosas muy raras- y a otra cosa mariposa. Claro que el concejal de Economía, Fernando Blanco, cuyo sentido del humor merma mucho cuando sufre un proceso gripal -como es el caso- no le encuentra la gracia a la queja del IGVS, y la achaca a una escasa disposición para contribuir al erario municipal y a una indudable falta de información. Dice el edil griposo que los recibos que el Ayuntamiento le pasó al IGVS corresponden a distintos años (desde 1994) y por distintos bienes. Y dice también que, si el IGVS vendió o cedió alguna de sus propiedades, tiene que pagar los recibos anteriores al traspaso. Y además asegura que el Instituto no se entera y va y se queja porque el Concello le quiere cobrar por la Praza Roxa; y no, no señor, según Blanco, no es por tal plaza por lo que se le gira recibo, sino por un solar próximo a ella. -Y al final, ¿qué pasó? Pasó que el señor del abrigo se fue a atender sus negocios y Blanco le dijo al IGVS que pague, y que si detecta errores que recurra. Sí, que recurra como cualquier vecino, incluido el del abrigo, claro.