Reyes Monforte: «Las mejores composiciones de Prokófiev se las debemos a Lina»
CULTURA
Su novela retrata la terrible vida de la musa del autor de «Pedro y el lobo»
18 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Reyes Monforte, galardonada con el premio de novela histórica Alfonso X El Sabio con Una pasión rusa, se vio envuelta hace unas semanas en una polémica al ser denunciada por los herederos de Serguéi Prokófiev por plagio, cuestión «totalmente falsa y que, de hecho, no han formalizado la denuncia porque saben que no hay nada», dice.
-¿Cómo llegó a sus manos la vida de Lina Codina y Serguéi Prokófiev?
-Por casualidad, fue cosa del destino. Había quedado para comer con unos amigos en un restaurante en la calle Bárbara de Braganza, en Madrid. Tuve que salir a hablar por teléfono y descubrí una placa, en el número 4, que ponía: «Aquí nació Lina Codina, casada con Serguéi Prokófiev...». Fue una iluminación, me picó la curiosidad. Quise saber cómo era la mujer que había enamorado al compositor de Romeo y Julieta, de Pedro y el lobo, de Guerra y Paz.
-¿Cómo se reciben las acusaciones de plagio?
-No quiero dar más aire a este asunto. Los datos históricos no tienen copyright, solo faltaría. «Mi pasión rusa» es una historia creada por mi, con personajes reales, un contexto histórico real y con la coincidencia de datos bibliográficos. Es que si Lina nace en Madrid y se casa con Serguéi, no puedo hacer nada. Hay cincuenta fuentes y la historia es así.
-¿Qué papel jugó Lina en las composiciones de Prokófiev?
-Lina no fue solo la mujer del músico, ellos formaron un equipo y, los que entienden de música clásica, reconocen que el mejor Prokófiev se lo debemos a Lina. En la novela aparece la anécdota de Pedro y el Lobo, una de sus piezas más característica y que ha sido representada en todos los teatros del mundo. La compuso cuando ya estaban en Rusia y fue por la insistencia de ella. Le pidieron que compusiera una pieza para mostrar a los niños cómo funciona una orquesta y aún se usa para esto. Lina le regalo Guerra y Paz y, cuando ya la había abandonado, compuso la pieza. El espíritu de Lina está en sus composiciones más importantes.
-Tenían una vida placentera, de éxitos y reconocimientos, ¿Por qué se exponen a perderlo todo regresando a la Rusia de Stalin?
-Solo ellos habrían podido responder. Creo que se unió la muerte de su madre y la de un gran amigo en Venecia, en circunstancias extrañas; con una Europa que ya no era la gran fiesta de los años 20, y además, se dejo cautivar por los cantos de sirena de Stalin y su promesa de que podría componer con libertad. Todo aderezado con su vanidad y deseo por triunfar en su tierra, lo llevó a Rusia. Se equivocaron, pero es fácil decirlo después.
-¿Ella lo pagó caro?
-Sus vidas estuvieron marcadas por los acontecimientos del siglo XX y las purgas de Stalin no les fueron ajenas. Lina no aceptaba que Serguéi hiciera música dirigida por el Partido, quería que siguiera siendo libre. Eso fue su perdición. Solo dos años después de que Serguéi abandonara a Lina por Mira Mendelssohn (joven y vinculada al Partido Comunista), es detenida, acusada de espía y enviada a la peor de las cárceles, la de Lubianka. Ella lo negó y firmó la declaración para no poner en peligro a sus hijos y Serguéi.
-Lina sobrevive al gulag ruso.
-Por su fortaleza, su pasión por la vida y el amor por Serguéi. El terror estalinista fue un holocausto con 120 millones de muertos, según algunas fuentes. Hitler fue terrible, pero Stalin también y, sin embargo, es una época casi desconocida, cerrada y oscura.