«Cando me enterei do que pasara co testamento, case morro do susto»

BÓVEDA

El Supremo anula un documento que entregaba a la cuidadora de un anciano todas sus posesiones y dejaba a su familia sin nada

18 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Tribunal Supremo acaba de confirmar la anulación de un testamento que entregaba todas las posesiones de un anciano con orígenes familiares de Bóveda a la persona que fue contratada para cuidarlo en sus últimos años. Estaban en juego alrededor de 180.000 euros, el valor estimado de la casa en la que vivía el hombre en el municipio de Carballo y varias fincas con eucaliptos y pinos, además de dinero en efectivo y en acciones. La denuncia la presentó su sobrina,  una vecina de Bóveda que asegura que la cuidadora maniobró a sus espaldas para engañar a su tío.

«Fun eu quen a contratou para que coidase do meu tío cando vin que eu xa non podía», cuenta Alicia Toirán, propietaria de una granja de ganado en Bóveda y presidenta de la asociación de usuarios del regadío Val de Lemos. Ella era quien cuidaba de su tío, Modesto Toirán Camino, que no tenía otros familiares más directos. Para hacerlo, viajaba a Carballo desde Bóveda una vez por semana. Hasta que a finales del 2007 la salud del anciano se deterioró tanto que pasó a necesitar asistencia diaria. 

Así que buscó a una persona que pudiera encargarse de él y la encontró en la misma parroquia de Agualada en la que él vivía.  María del Carmen S.R. tenía su casa a apenas de un kilómetro de la del tío de Alicia y se puso a trabajar inmediatamente. La sobrina nunca sospechó de ella: «A verdade é que eu estaba contenta co seu traballo e que a min sempre me trataba moi ben cando ía a Carballo». 

A principios del 2008, Alicia Toirán puso en marcha el proceso para declarar oficialmente la incapacidad de su tío, ante su evidente deterioro. Cuando se celebró el juicio descubrió lo que estaba pasando. «Foi no propio xuízo cando me enterei do que pasara co testamento e case morro do susto». En la vista oral se enteró de que el 10 de enero del 2008 un notario de Carballo había registrado un testamento con el que Modesto Toirán anulaba el anterior, del 2001. En vez de nombrar heredera a su sobrina ahora le dejaba todos sus bienes a su cuidadora. Habían pasado apenas tres meses desde que la mujer empezó a ocuparse de él.

Modesto Toirán murió el 6 de diciembre del 2010, con 88 años, y doce meses después su sobrina presentó una demanda contra la cuidadora. El juzgado de Carballo dio por bueno el testamento, pero la familia recurrió. La Audiencia Provincial de A Coruña les dio  posteriormente la razón y dejó como único testamento válido el del 2001, que declara a Alicia Toirán heredera universal. El caso queda zanjado con la reciente resolución del Supremo.