"Xa tiñamos ganas, dá gusto tomar o café na barra"

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Los bares de Monforte vuelven a la normalidad, pero algunos clientes siguen prefiriendo las mesas

23 oct 2021 . Actualizado a las 19:26 h.

Cintas de obras, letreros de advertencia y hasta sillas puestas del revés. Todo valía para recordar a los clientes que las barras de bares, cafeterías y restaurantes estaban vetadas por las normas anticontagio. A media mañana de este sábado, cuando esas normas llevaban ya doce horas canceladas, en Monforte y en otros lugares de la Ribeira Sacra todavía quedaban locales con las cintas a medio quitar. Es como si costase sacudirse de encima las restricciones. "Todos din que xa era hora, pero moitos prefiren seguir evitando as barras", cuenta sorprendido Rubén Moure, uno de los propietarios de la pastelería Parque.

La pastelería Parque, en la calle Roberto Baamonde, tiene una sala amplia y con espacio para muchas mesas, así que tener la barra cerrada no fue para ellos ningún drama. Y parece que para sus clientes tampoco, en vista de las reticencias que muchos parecían seguir teniendo a utilizarla en las primeras horas de la reapertura. Al fin y al cabo, en las mesas uno se sienta en grupo con quien quiere, pero en las barras comparten espacio con desconocidos, distancias aparte. "Supoño -dice Moure- que se trata de que se teñen que acostumar e que acabarán volvendo á barra".

Tampoco parecían listos para volver los clientes del bar Plaza, en la calle Doutor Teijeiro, en la zona peatonal del centro de Monforte. Tras la barra del Plaza estaba el viernes por la noche Rubén Ferreiro. A medianoche retiró las cintas de obra que advertían de la prohibición e invitó a acercarse a la barra a los clientes que ocupaban las mesas en esos momento. "Non se levantou ningún", recordaba por la mañana entre risas. Ayer a la hora de los vinos ya era otra cosa. Para una consumición rápida, la barra sí compite con las mesas. El Plaza tiene una barra muy larga y ya llevaba demasiado tiempo desaprovechada. "Estes meses atrás houbo moitos clientes que non viñan -admite-, nós si que notamos para mal o peche das barras".

Los hosteleros lo notaron porque la caja menguaba y los camareros por el trabajo extra que les supuso. El Escala es un local de la calle Roberto Baamonde que tiene entre su clientela a muchos trabajadores que hacen un alto por las mañanas para tomarse un café. Resulta más cómodo atenderlos en la barra que en las mesas. "Aquí viene mucha gente que consume rápido y se marcha, así que hay que salir muchas veces a a recoger y desinfectar la mesa, algo que en la barra se hace mucho más rápido", explica Maribel Díaz Borges, la propietaria del negocio.

Pero la vuelta a la normalidad de las barras también puede suponer un trabajo extra. En el restaurante La Polar, en la calle Cardenal, habían reorganizado el espacio encima y detrás de la barra de su cafetería en función de las restricciones. Este sábado por la mañana todavía estaban quitando y poniendo cosas para devolver la barra a su estado original. Los clientes iban ocupando poco a poco los espacios que iban quedando útiles. Entre ellos, un grupo de amigos de Burela de visita en Monforte. Suso Álvarez es el que parece mejor adaptado a la nueva situación, perfectamente acodado en la barra en una postura perfecta. Y pese a eso, dice medio en serio y medio en broma que ya se había acostumbrado a usar las mesas. "Faise un pouco raro, pero a verdade é que todos nós eramos máis de barra, nun par de días nos acabaremos de acostumar", bromea a su lado su amigo Felipe Manín.

Ni Josefa Vidal ni su marido Edmundo Rodríguez van a necesitar ningún período de adaptación. Ayer se sentaron en la barra del restaurante Lienzo, enfrente de La Polar, para tomarse su café de todos los días. "Dá gusto tomar o café na barra -asegura ella-, xa tiñamos ganas". El dueño del Lienzo, Roberto Quiroga, confirma que la pareja no ha faltado ni una mañana. Con la mascarilla siempre puesta y tratando de guardar distancias, pero salvo cuando fue imposible, ellos siempre venían.

Tampoco dejaron de salir Sara Jacobo y Aldara Vázquez, que este sábado se sentaban en una mesa del Lienzo. Aldara Vázquez reconoce que tenía algunas reticencias al final de la cuarentena en la primavera dle 2020, pero ya no. "A pesar de todo, nunca deixei de saír e tomar algo -asegura-, un pouco por axudar, porque eran dos que peor o estaban pasando".