María y Daniel, pasión por el voleibol

luis conde MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CEDIDA

La primera debutó en la Superliga con 18 años y su hermano fue campeón de España con Galicia

21 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«En casa hablamos mucho de volei». Estas palabras las pronuncia María Rodríguez Sanjurjo, jugadora del Haro Rioja. Y no es de extrañar que ocurra esto con regularidad, ya que tanto ella como su hermano, Daniel, respiran voleibol por los cuatro costados. Los dos son auténticos referentes, aunque es María la que lleva más tiempo practicando este deporte.

Con 20 años ya tiene una amplia trayectoria. Comenzó en los benjamines de los Escolapios. «Me apunté a volei, porque lo hicieron todas mis amigas», dice María. Le gustó, y a partir de ahí todo fue progresar. Manolo Martínez la fichó para A Pinguela, donde explotó definitivamente.

Destacaba en la liga y en los campeonatos gallegos, y tras cuatro temporadas en el club se incorporó a la concentración permanente de la federación española en Soria. Pero su adaptación no fue sencilla y regresó a Monforte. «Me agobié», afirma.

Fichó por el Korbis y desde ahí dio el salto al Emevé, equipo con el que debutó en Superliga con tan solo 18 años. Y ahora, emprende viaje -lo hará este domingo- rumbo a la Rioja. El Haro le espera.

Un espejo para Daniel

Su hermano, Daniel, siempre fue su fan número 1, pero no le dio por jugar hasta hace apenas un año. Él ligó su carrera al fútbol, donde se inició con 5 años. Fue en el Calasancio. Pero, el año pasado llegó la pandemia, y el hecho de que no hubiera competición le hizo tomar una decisión importante: jugar al volei.

Fue llegar y besar el santo. Se incorporó al Korbis, y en su primera temporada se proclamó campeón de España con Galicia. Su talento no pasó desapercibido para los seleccionadores nacionales, que lo han vuelto a convocar a unas jornadas de tecnificación. Serán en Guadalajara esta próxima semana.

«Cambié el fútbol por el volei y acerté. Me encanta y además me permite conocer más gente y viajar mucho. Y no está nada mal conseguir ser campeón de España a las primeras de cambio. Todo esto me motiva, y el objetivo es seguir creciendo y llegar arriba», dice Daniel.

El monfortino admira a su hermana. «Es mi referencia. Juega muy bien, y de hecho siempre que podemos vemos partidos en la tele, y ella siempre me explica jugadas. Quiero seguir evolucionando porque mi sueño es competir en la élite y jugar con la Selección Española», señala.

María también elogia a su hermano. «Es muy bueno, tiene una gran envergadura y calidad. Si sigue trabajando así llegará lejos», concluye.

Por talento y calidad son candidatos a competir al máximo nivel -María ya lo hace-, y con el tiempo pueden convertirse en la primera pareja de hermanos de Monforte en jugar en la selección española. Todo apunta en esa dirección.

Su padre, César Rodríguez, jugó en el Club Lemos

A María y a Daniel su pasión por el deporte le viene en los genes. Su padre, César Rodríguez, fue uno de los referentes del Club Lemos en los años 80. Comenzó en el año 1983 y estuvo una década.

Se prodigaba como mediocentro, aunque también podía jugar en el centro de la defensa Destacaba por su condición física. Era muy expeditivo, aunque también gozaba de buena técnica. Desde pequeños, César siempre les inculcó a sus jugadores el deporte.

«Estou moi contento que adestren e compitan. Sempre tiveron e terán o meu apoio, porque ademais sacrifícanse moito. É un orgullo para un pai que os seus fillos poidan gozar do que lles gusta e triunfar», señala César, que no descarta desplazarse a tierras riojanas para presenciar algún partido de su hija con el Haro.