Los moteros se apuntan al geoturismo

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

La ruta de los geomiradores de Ribas de Sil se estrena con una concentración del motoclub A Curuxa

27 oct 2019 . Actualizado a las 19:28 h.

«O xeoturismo vai dar moito de si na zona, só falta poñelo a andar», dice el concejal de Ribas de Sil Roberto Castro. Este domingo, la apuesta por el geoturismo en ese municipio va sobre ruedas. Castro acompaña en un coche de apoyo a los moteros del Clube A Curuxa que inauguran la Ruta dos Xeomiradoiros. Cinco paradas intercaladas en un recorrido circular les permiten contemplar desde otras tantas atalayas parajes de interés geológico e imponentes vistas del cañón del Sil. De fondo, los soutos centenarios de Torbeo, las viñas en bancales de Vilachá de Salvadur o el serpenteante meandro de A Covela. A veces, cuesta subirse de nuevo a la moto.

«É unha ruta preciosa. Dos cinco miradoiros, non sabería con cal quedarme. A vista do Sil na Cubela é espectacular. Podes observar os pliegues xeolóxicos do canon, os montes do Courel... É unha verdadeira pasada», comenta Miguel Ángel Garrido, presidente del motoclub de Quiroga A Curuxa. La idea inicial era inaugurar el nuevo itinerario por los geomiradores en agosto, pero el tiempo jugó entonces una mala pasada a la concentración que habían programado. «Aquel fin de semana foi imposible xuntar xente. O sábado as máximas rondaban os corenta grados e o domingo non parou de chover», explica Garrido.

Mejor que en agosto

El tiempo se alió esta vez con los moteros en la antesala de noviembre. La temperatura era agradable de mañana este domingo y en la calzada no había rastro de lluvia, un factor a tener en cuenta en una itinerario tan sinuoso. Para disfrutar del paisaje de la Ribeira Sacra, pocas estaciones compiten con el otoño. El peculiar colorido de esta época del año fue un valor añadido para la nueva ruta. Los moteros iniciaron el recorrido en San Clodio, capitalidad del municipio de Ribas de Sil. Desde allí se dirigieron por la carretera de Torbeo hasta los límites con la provincia de Ourense, para regresar de nuevo a Ribas de Sil a través del Alto da A Moá. Allí, en el geomirador de As Fontes, el responsable del museo municipal de geología y paleontología de Quiroga, Ramón Vila, ofreció a los participantes una breve charla sobre el geoparque de Montañas do Courel que integran los municipios de Folgoso do Courel, Quiroga y Ribas de Sil, primero en Galicia que obtiene esa declaración por parte de la Unesco.

El alcalde de Ribas de Sil y los de los municipios ourensanos de Castro Caldelas y San Xoán de Río, por los que también discurre el itinerario de los geomiradores, tenían previsto acercarse a saludar a los integrantes del motoclub. «En Castro Caldelas a ruta pasa cerca dun conxunto de mámoas e nos límites está o miradoiro do canón do Sil da Pena do Xastre», explica Roberto Castro. Los miradores estaban acondicionados desde hace tiempo en la mayoría de los casos. Con la nueva ruta, su estética y señalización se adaptan a las directrices del geoparque.

No siempre urbanitas

Sin realizar paradas, el trayecto que hicieron ayer los moteros se despacha en apenas media hora. La duración de la ruta depende del tiempo que se dedique a la contemplación del paisaje en cada escala. Las vistas desde los miradores de A Pómez, Pena Ladeira, Pena do Xastre o As Fontes es igual de impactante y el silencio del cañón del Sil sobrecoge. ¿Demasiada paz para andar en moto? «O motero asociase a urbanita. É un estereotipo que nos colgaron que non sempre ten que ver coa realidade. Nós organizamos o trail do Courel e non te podes imaxinar a cantidade de xente que volve logo para gozar desa paisaxe», advierte el presidente del motoclub A Curuxa.